Britney Spears ha recuperado su libertad después de 13 años estando tutelada legalmente por su padre, Jamie Spears, tras relatar frente a la jueza Brenda Penny en la corte superior de Los Ángeles los abusos a los que había estado sometida: le imponían los horarios de trabajo, no le dejaban tener más hijos y no podía disponer de su propio dinero. Ahora, ya puede expresarse con libertad en las redes sociales, donde ha contado que está preocupada por su salud.
En concreto, está preocupada por su pérdida de peso, que piensa que podría deberse a la existencia de "un bichito" alojado en su estómago, tal y como les ha explicado a sus casi 40 millones de seguidores en Instagram con un vídeo en el que aparece en bikini tomando el sol en una terraza con vistas al mar en Maui, una isla de Hawái en la que ha pasado unos días de vacaciones junto a su prometido, el bailarín iraní de 27 años Sam Asghari.
"Creo que tengo un bichito [...] He perdido 2 kilos y eso es mucho para mi cuerpo… Me despierto y mi cuerpo es tan pequeño", comentaba la artista, que ha añadido que siente algo parecido a lo que experimentó cuando estaba embarazada: "Las náuseas son lo peor". "Es como si [mi cuerpo] no pudiera despertar, así que voy al gimnasio tratando de despertar mi sistema. Funciona como un reloj: sudo al principio, luego voy al baño y vomito", ha explicado la cantante de 'Toxic'.
Britney ha contado que lo que hace para evitar pensar en el dolor que siente es pasar mucho tiempo en el gimnasio y salir a bailar por las noches: "Es absolutamente horrible, pero luego me quedo en el gimnasio porque no quiero ir a casa y estar enferma en la cama... Sigo y en la noche salgo a bailar y es entonces cuando mi sistema empieza a tener claridad". La cantante asegura que lleva un mes lidiando con esta situación y ha mandado un mensaje de apoyo a quien esté sufriendo algo parecido: "¡No estás solo!".
La estrella del pop también ha arremetido contra los paparazzi que quieren conseguir una foto suya de estos días: "Los perros de guerra de los medios de comunicación que se esconden fuera de mi habitación me ponen a la defensiva como siempre lo han hecho... Así que si estás fuera de mi habitación tratando de sacarme otra foto barata... Por favor, ¡vete a la mierda y déjame en paz! Debería poder correr desnuda si quiero [...] Solo deseo que los papanatas astutos se vayan a la mierda".
Unos días después de esta confesión, la artista se ha animado a hablar de nuevo de las privaciones que vivió mientras estaba siendo tutelada por su padre: "La gente no sabe esto, pero cuando estuve [actuando] en Las Vegas, nunca me permitieron ir al spa... Tampoco querían que tomara café o té. Pero mis amigos de casa sí iban a los balnearios y bebían champán. No miento: yo era la perdedora, trabajando y entreteniéndolos por la noche… [...] Estoy aquí para recordarles a todos que ser tratados como un individuo igual no requiere mucho... ¡solo respeto!".