El 8M de 2021 ha sido una fecha agridulce. El Día Internacional de la Mujer, celebrado en muchos países alrededor del mundo, ha sido muy diferente en España debido a las restricciones por la pandemia de coronavirus, pero también a actos vandálicos como el destrozo del mural feminista de Ciudad Lineal. Las redes sociales se convirtieron en uno de los pocos espacios seguros para lanzar mensajes y hacer reivindicaciones, pero también fueron el lugar idóneo para que los contrarios al feminismo pudieran atacar a las activistas.
Una de ellas, Amarna Miller, mostró en sus redes un ejemplo perfecto para explicar por qué, aún en 2021, el feminismo sigue siendo fundamental, y días como el 8M, necesarios. Miller se dedicó durante cinco años a la pornografía, como actriz y como productora en una empresa creada por ella misma, Omnia-X. Algunas personas usan su antigua profesión como excusa para atacarla con este tipo de comentarios:
"Cállate y ve a chupar p*lla que es para lo que te pagamos, guarra" y "A ti te vamos a violar porque no eres más que un agujero donde los machos echamos nuestro esperma, para otra cosa no sirves, p*ta guarra" son solo dos de las respuestas que recibió la escritora a sus publicaciones a favor del feminismo.
Amarna fue entrevistada en el programa de televisión 'La hora de la 1' a raíz de este tuit que se viralizó. "Me resulta interesante que se haya levantado una polémica alrededor de este mensaje porque yo creo que todas las mujeres que somos visibles, lamentablemente, sufrimos a diario este tipo de acoso", dijo. Además, reconoció que ella nunca había denunciado este tipo de actitudes aunque sabe que el ciberacoso y la violencia en internet pueden ser investigadas.
Hace apenas un mes llegó a las librerías el nuevo ensayo de Amarna Miller, titulado 'Vírgenes, esposas, amantes y putas'. En él habla de su experiencia como mujer, desde el momento en el que se dio cuenta de que su cuerpo empezaba a ser mirado de otra manera cuando entró en la adolescencia. Años después vivió una relación de maltrato. Hasta que no entró en contacto con el feminismo, tal y como ella misma reconoce, no fue capaz de ponerle nombre y entender lo que había vivido.
"El libro trata más de la relación con nosotras mismas, partiendo de esas categorías que nos imponen, haciendo un llamamiento para romperlas y para apropiárnoslas. No hay nada malo en ser virgen ni en ser puta, siempre que sea bajo nuestros propios términos y no respecto a códigos ajenos, que son los que nos han impuesto durante siglos", contaba en una entrevista para Yasss.