Conectar con la naturaleza es uno de los grandes retos de este siglo. En los tiempos que corren en donde la tecnología, la rutina y donde las multitudes se concentran en las grandes ciudades, vivir entre concreto y estrés se ha convertido en un estilo de vida mucha gente alrededor del mundo.
Consciente de esta realidad, Robin Greenfield se ha convertido en uno de los grandes detractores de este estilo de vida. Es así como este joven de 32 años oriundo de Estados Unidos ha querido oponerse a todo ello y tratar de volver a los orígenes dejando de lado los zapatos desde hace más de 12 años. Una decisión que lo ha hecho "más humilde" y le ha permitido conectar con el planeta tierra.
Todo comenzó en 2008 cuando el que un profesor suyo se presentó a un viaje sin sus zapatos y no fue hasta 2011 que tomó la decisión final de seguir por el mismo camino. "No tenía razón para hacerlo, solo me pareció lo correcto", reveló en una entrevista a un medio local y tras más de una década firme con su decisión, poco a poco se ha convertido en un reconocido activista por el medio ambiente que hace todo tipo de campañas y vive de la forma más austera a base de recursos naturales para servir como ejemplo.
El supermercado, la calle, parques, playas, y más, son solo algunos de los espacios en los que Robin ha transitado sintiendo el contacto del suelo por más de una década. Pese a que ha sido una firme decisión, lo cierto es que el a principio no todo "fue color de rosa" ya que ha sido muy juzgado y cuestionado por la sociedad.
Greenfield a recibido un sinnúmero de comentarios, rechazos y connotaciones despectivas de la gente por el estado de sus pies, es por ello que cuando caminaba por lugares públicos tales como las calles de California o un festival en donde todo el mundo llevaba zapatos, excepto él, era el blanco de prejuicios por sus pies y su forma de vivir. Su diferencia lo ha llevado a convertirse en un recordatorio de que es posible vivir de forma alternativa y una creencia en las capacidades del ser humano.
Con el paso de los años, el joven se ha convertido en un influencer ambiental y ha fundado una organización llamada 'Barefoot School' en donde comparte sus experiencias e invita a las personas a vivir como él para reconectar con el entorno. Además, en diversos testimonios ha hablado sobre que durante todos estos años sus pies se han llenado de heridas, rigideces, durezas etc. que le han causado mucho dolor e igual ha seguido firme en su decisión de no abandona sus convicciones.
Hoy en día, gracias a la conexión con la naturaleza que estar descalzo le ha brindado, lo cierto es que ha sentido "un llamado" y actualmente vive en medio de una cabaña en medio del bosque en Carolina del Norte, en donde reside con la menor cantidad de cosas materiales y utiliza lo que tiene a su alrededor para satisfacer sus necesidades.