Entre la cantidad de tuits de denuncia que ha generado el beso no consentido que Luis Rubiales le dio a Jenni Hermoso tras la victoria del Mundial, hay uno que explica perfectamente cómo es el estricto protocolo de entregas de medallas deportivas que él, como Presidente de la Federación, debe conocer. La normativa existe y es tan minuciosa porque, dadas las múltiples nacionalidades de los y las deportistas mundiales, el contacto directo puede ser más o menos ofensivo en según qué culturas.
Según esta información ( y los manuales de entrega de medallas), el máximo anfitrión del evento es el encargado de repartir los premios y los premiados deben darle "un fuerte apretón de manos" a éste - que es, obviamente, recíproco - en forma de gratitud. El tuit recuerda que "los protocolos aseguran que las interacciones se lleven a cabo con respeto, dignidad y decoro. Ayudan a evitar malentendidos y ofensas no intencionales y conservan las tradiciones históricas o culturales de los jugadores implicados". Justo la premisa que a Rubiales, con o sin euforia, se le olvidó.
También existen unas normas en cuanto al trato con monarcas se refiere. Cuando se interactúa con miembros de la Familia Real u otros dignatarios, es inapropiado tocar a un miembro de la misma, a menos que sea él quien inicie el contacto físico. Ni qué decir tiene lo de tocarse los genitales a dos palmos de la reina y de su hija, sólo para celebrar el fallo o la derrota del equipo contrario (en este caso, Inglaterra).
Todo Presidente (incluido el de la Federación Deportiva) conoce este manual y, aunque Rubiales mantenga una estrecha relación con las jugadoras que le permita darles un abrazo; aunque haya pedido disculpas con la boca pequeña en vista de la repercusión de sus actos; y aunque la propia Jenni Hermoso dijera en un comunicado posterior que fue un beso mutuo, hasta el Presidente del Gobierno ha manifestado hoy que no es suficiente. Mucho más tras saber que el propio Luis habría coaccionado a la deportista para que saliera con él en el poco efectivo vídeo del perdón.