Tras la celebración de las dos semifinales, veintiséis canciones se mantienen con opciones de vencer en el Festival de Eurovisión 2023. De entre ellas, siguiendo las crónicas de la prensa especializada, las apuestas de pago o el runrún de la comunidad eurofán en redes sociales, parecen ser dos las que verdaderamente tienen opciones de alzarse con el micrófono de cristal este sábado. Por un lado, Loreen, representante sueca con ‘Tattoo’ y ganadora del certamen en 2012 con ‘Euphoria’. Por otro, Käärijä, el candidato finlandés con ‘Cha Cha Cha’. A falta de posibles sorpresas (y en Eurovisión nunca hay que descartarlas), todo parece indicar que la "pantalla partida" se disputará entre ambos países nórdicos.
Suecia y Finlandia llegan a la final de la LXVII edición del certamen muy bien posicionadas para llevarse la victoria. Sería la séptima para los suecos (que en este siglo XXI lo han conseguido ya en dos ocasiones, con 'Euphoria' y 'Heroes'), y la segunda para los finlandeses (que solo han ganado en 2006, con el grupo Lordi). Lo cierto es que ambas candidaturas han sido las que más ruidos han generado durante la pretemporada eurovisiva, son lo que se suele denominar dos 'packs cerrados' y representan dos tipos de ganadores distintos. ¿Cuáles son las claves por las que han triunfado cada una de las dos?
La artista sueca no es la única de la presente edición en repetir sobre el escenario eurovisivo, pero sí la que lo hace como vencedora del certamen. Fue en 2012, con 'Euphoria', que se convirtió en un éxito global que trascendió mucho más allá de la burbuja eurofan. Esta es la cuarta vez que Loreen intenta representar a su país, y la segunda que lo consigue. No tuvo rival en el Melodifestivalen, donde se alzó cómodamente con la victoria, y no parece tenerlo ahora: acumula un 49% de posibilidades de victoria al cierre de esta noticia, según las apuestas de pago.
Todo gracias a 'Tattoo', una canción que sigue la línea artística de Lorine Zineb Nora Talhaoui, el nombre real tras la intérprete, y que recuerda a la canción con la que ya ganó el certamen, así como a algunas canciones de ABBA: las comparaciones con 'The Winner Takes It All' han sido frecuentes. Un tema que junta el dance y el schlager (el género representativo de las canciones del mítico grupo sueco), que ya ha entrado en algunas listas europeas.
La puesta en escena ha generado, no obstante, más de un 'eurodrama' en las últimas semanas. El hecho de trasladar la escenografía de la preselección sueca, en la que la artista se mueve entre dos gigantescas planchas (ya conocidas en el mundo eurofán como 'sandwichera' presentó problemas desde un principio por las características del escenario de Liverpool. Finalmente, se ha tenido que optar por dos pantallas mucho más pequeñas, que, pese a la preocupación inicial en los ensayos, generan un efecto muy similar. A todo ello le suma humo, arena y un futurista traje en un conjunto que se ha asociado mucho con el universo 'Dune'.
La otra gran candidata a la victoria, a falta de que puedan surgir sorpresas de última hora, es Finlandia. La propuesta del país acumula una probabilidad de victoria de un 20% en las casas de apuestas, muy destacada del resto de competidoras), sigue la línea roquera y rompedora del país en los últimos años (con Blind Channel o los míticos The Rasmus), pero lo hace con un explosivo cóctel sustentando en el carisma de su representante Käärijä.
Este rapero y cantante nacido en Helsinki se define como un incondicional de la mezcla de géneros y estilos y es conocido por sus actuaciones llenas de energía y sin camiseta. El finés lleva consigo una dura historia personal: sufre un caso potencialmente mortal de colitis ulcerosa desde los 15 años: "Llegué a pesar 49 kilos e iba al baño 38 veces al día", ha declarado en alguna ocasión.
Además de la canción, un auténtico 'hit' en tierras finlandesas que mezcla rap, música electrónica, metal y hasta schlager en la parte final, otro de los puntos fuertes de Käärijä tiene que ver con su impactante puesta en escena. Partiendo de una gigantesca caja formada a base de palés, la escenografía incorpora además a varios bailarines de salón, movimientos frenéticos, icónicos visuales en las pantallas LED, momentos bizarros y una chaqueta tipo torera verde flúor que ya es una de las señas de identidad del artista.