A esta altura del milenio, no debería ser raro encontrar a una mujer que ejerza la profesión de la mecánica. Sin embargo, cuando un cliente entra en el taller, la ve y, automáticamente, pregunta dónde está el mecánico, confirma que todavía queda mucho camino que recorrer en el campo del feminismo. Esta joven que, además de profesional, es una chica atractiva, no es secretaria, ni ayudante, ni administrativa ni limpiadora de coches. Ella es la mecánica. Y así lo demuestra en sus tutoriales de TikTok, donde explica de forma divulgativa su trabajo en el día a día.
En su muro podemos encontrar vídeos sobre cambios de zapatas, arreglo de cerraduras, intermitentes que no funcionan, reemplazo de bombines y otras operaciones más complicadas como la sustitución de un clausor, reparar la presión del turbo, soltar el salpicadero e, incluso, arreglar las chapuzas que han hecho en otros talleres. Gracias a su difusión en redes, sus clientes pueden ver y confiar en la transparencia de su trabajo, sin tener la duda ciega de si el taller les estará timando.
A pesar de que su profesionalidad ha quedado patente, hay quienes dudan, no de que sea una buena mecánica, sino de que sea mecánica propiamente dicho. Ella misma ha publicado en sus redes varios de los mensajes de odio que recibe, en los que los usuarios - mayoritariamente masculinos - la acusan de ser una "modelo del taller", cara vista de sus vídeos promocionales. Utilizan argumentos tan poco sólidos como que, cuando se graba, Irati no lleva "ni guantes ni protección de ojos" y que debe estar leyendo un guion sobre las reparaciones para tener ese nivel de conocimiento. Lejos de ofenderse, la tiktoker ha comentado que dichas acusaciones le "hacen gracia".
Por mucho que estos usuarios digan que no es noticia que una mujer trabaje como mecánica y electricista de coches, los datos hablan por sí mismos: sólo un 1% de los talleres tienen mujeres trabajando como mecánicas y un 2% en recepción de vehículo en nuestro país. Por eso, Irati, que dejó su trabajo como encargada de la contabilidad de una empresa para dedicarse a lo que realmente le gustaba: arreglar coches, anima a todas las mujeres a seguir su vocación, sea cual sea: "Los trabajos no tienen género. Tenemos que dedicarnos a lo que nos guste sin que nos importe lo que digan los demás".