Aitana ha vivido muchos momentos con sus fans, es una artista muy cercana y aunque su éxito le impide pasar desapercibido vaya por donde vaya, lo cierto es que siempre que puede se acerca a sus seguidores y se saca fotos con ellos o les firma algún autógrafo.
Pues bien, ahora ha ido como invitada al podcast de Alejandro Sago 'PIC POD', en el cual ha hablado de su carrera musical, de cómo ha cambiado su vida en los últimos años; pero donde también se ha sincerado y ha confesado cuál ha sido el momento más vergonzoso que ha vivido con un fan.
El entrevistador le pregunta por alguna experiencia curiosa o graciosa que haya tenido con algún fan y Aitana le cuenta la que ha sido sin duda para ella la más curiosa, pero también la más vergonzosa: "Ay no, sí, me pasó una cosa que me bajo así de la silla de la vergüenza que me da", empieza respondiendo la cantante que no sabe dónde meterse.
Siempre se dice que, por muy enamorado que estés, es mejor que no te tatúes la firma de tu pareja; pero, ¿qué pasa si te tatúas la de tu artista favorito? Pues que te puede pasar lo que le ocurrió a la joven que protagoniza la anécdota que Aitana le ha contado a Alejandro Sago.
"Me da vergüenza no por ella, sino por mí. O sea, me da pena por mí porque digo: '¿cómo eres así Aitana?'", continúa diciendo antes de contar qué fue lo que le pasó: "Llego a Argentina y obviamente a mí me hacía ilusión que alguien viniese a verme al aeropuerto, a recibirme, ¿no? Era como wow y además en un país que no es el mío... Argentina que me fascina, que tengo muchas ganas de volver y de repente me dice una chica: 'fírmame en el brazo'".
Aitana no tuvo ningún problema en firmarlo, pero "claro, la chica y yo y todo el mundo estábamos sudando porque hacía mucho calor, entonces la chica tenía el brazo como sudado y si puntas encima se mueve la tinta, o sea, no lo haces como quieres hacerlo, lo haces mal, como que ahí hay algunas partes que se pintan y hay algunas otras partes que no se pintan. Entonces yo le hice eso así y me lo quedé mirando y pensé: 'realmente esa no es mi firma, me ha salido mal'".
Sin embargo, no se iba a poner a repetir la firma o a borrarle la que le había hecho y hacerla de nuevo, sobre todo porque no sabía qué era lo que ella iba a hacer después con esa firma: tatuársela. "Se la tatuó de verdad y me etiquetó en Instagram y cuando yo vi eso me quería matar, o sea yo cuando vi eso dije: 'me siento tan responsable de esta situación'".
La artista se sentía tan mal que nunca quiso decirle a la chica que esa no era su firma verdadera, pues ya se la había tatuado y, por tanto, ya no había marcha atrás.