Rosalía y Rauw Alejandro desataron una auténtica revolución hace unas semanas con la publicación del videoclip de 'Beso', anunciando al final del mismo que se van a casar. Las imágenes de la cantante mostrando el anillo a cámara sin poder contener las lágrimas se hicieron virales y, desde entonces, se ha intentado descifrar la intrahistoria de su compromiso, así como los posibles detalles de la próxima boda. Por eso, la expectación sobre el lanzamiento de su nuevo videoclip, 'Vampiros', era máxima. ¡Y ya está aquí!
‘Vampiros’ es uno de los tres temas que conforman 'RR', el EP conjunto entre los dos artistas que salió a la venta el pasado 24 de marzo. Cada una de ellas está referida a una etapa de su relación: pasado, presente y futuro, respectivamente simbolizadas en 'Beso', 'Vampiros' y 'Promesa'. La segunda de las canciones hace referencia al momento presente, en el que el romance entre ellos es ya público, "es donde estamos ahora”, le explicaba ella a Ibai Llanos en la entrevista que la pareja le concedió.
El título de tema es una clara declaración de intenciones respecto al ritmo y estilo de vida que llevan ambos cantantes. "La gente que se dedica a esto, a lo que nos dedicamos nosotros, a la música, vivimos mucho de noche. Y tiene mucho contexto, con nuestras vidas", revelaba la intérprete de ‘Saoko’ en un directo de Instagram. Apuntaba también entonces a que la elección del término también tiene que ver con la vocación inmortal que tiene la música que ambos crean.
En dos vampiros se ha convertido la pareja en el videoclip, que en apenas unas horas ya acumula cientos de miles de reproducciones en YouTube. El proyecto, dirigido por Stillz y producido por Canadá, plasma la relación entre ambos entre ambientes nocturnos, con colmillos afilados y mucha complicidad. Estas son las principales referencias y simbolismos del vídeo.
La huella de ‘Solo los amantes sobreviven’. El concepto tiene un claro referente en el filme 'Only Lovers Left Alive', de 2014, dirigida por Jim Jarmusch y protagonizada por Tilda Swinton y Tom Hiddleston. En la cinta, ambos dan vida a dos amantes vampiros que, a su vez, son también artistas underground. Como el usuario @motocarl_ ha descifrado en Twitter, el largometraje y la puesta en imágenes de 'Vampiros' cuentan con planos y escenas prácticamente idénticas.
Los omnipresentes vampiros y toda su simbología. La estética y caracterización de la catalana y el portorriqueño como dos chupasangres son evidentes. Pero más sutil es que todo el videclip se ha adaptado a los símbolos y signos más conocidos sobre estas figuras fantásticas: Rosalía y Rauw no se reflejan en los espejos y cristales que aparecen en el video, por ejemplo. Los ajos (con los que ella juega al final del vídeo) o las cruces, que ambos llevan en su indumentaria (él en un colgante, ella en la forma de su top) son otros conceptos que están presentes también.
La actualización del concepto vampírico. Pese a ello, lo cierto es que los artistas dan una vuelta a la habitual representación de los míticos monstruos con una interpretación urbana y contemporánea. Aquí, las capas negras son sustituidas por abrigos denim y de piel de la misma longitud. No hay tampoco sangre: en las imágenes, la pareja se alimenta a base de churros y absenta. Ni tienen que huir de los mencionados ajos o las cruces como manda la tradición.
Las cuidadas localizaciones. Rosalía ha optado por presumir de orígenes catalanes en el vídeo, optando por varios espacios y lugares icónicos de la Barcelona alternativa y sus inmediaciones para las distintas escenas. Entre ellas, el mítico bar Marsella, situado en el Raval, con dos siglos de historia y un marcado estilo bohemio. Allí, ambos beben chupitos de absenta con azúcar, una de las señas de identidad del local, y que solían pedir algunos de sus clientes más ilustres como Hemingway, Dalí o Picasso.
También la popular churrería J.Argilés, el Barrio Gótico o el Espai Corberó en Esplugues de Llobregat, una auténtica joya arquitectónica en forma de construcción distópica que ha servido como espacio de rodaje para, por ejemplo, ‘Vicky, Cristina, Barcelona’, de Woody Allen.