Hace 25 años que James Cameron estrenó ‘Titanic’ y, a pesar de todo el tiempo que ha pasado, se sigue haciendo el mismo comentario: “Seguro que Jack cabía en la tabla”. No sabemos qué tendrá esta película, pero, siempre que uno la ve, aunque lo haga repetidamente, siempre tiene la pequeña y absurda esperanza de que: 1. El barco no se hunda; y 2. De que Jack se suba a la maldita puerta de madera junto a Rose.
Será porque los espectadores creen que esta cinta dirigida por James Cameron (ahora inmerso en la promoción de la segunda parte de ‘Avatar’) quería crear una historia de amor, pero no es así. El propio director explicó que ‘Titanic’ es una historia de muerte y separación, “como Romeo y Julieta” ’ y, por tanto, un final feliz no tenía cabida en su narrativa.
Cameron, que fue tan fiel al hundimiento en la película que los 37 segundos que dura la escena del choque con el iceberg fue exactamente la duración de la colisión real, se ha cansado de que todo el mundo juzgue su ópera prima por lo mismo. Por eso, ha puesto el asunto en manos de la ciencia.
Varios especialistas en hipotermia contrataron a dos actores con la misma masa corporal que Leonardo Dicaprio y Kate Winslet e intentaron comprobar si él podría haber sobrevivido de alguna manera hasta la llegada del Carpathia y la respuesta es objetivamente clara: no.
Con distintos métodos y teniendo en cuenta lo que explica el propio Jack al inicio de la cinta: que el agua del océano Atlántico está tan fría que provoca el mismo dolor que cientos de cuchillos clavándose a la vez en el cuerpo, ya no queda ninguna duda: “El resultado fue que no: no había manera de que los dos sobrevivieran. Solo podría haberlo hecho uno", es su conclusión final.