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Esty Quesada se sincera sobre lo dura que fue su infancia: "Mi abuela me estampaba la cabeza contra las baldosas"

  • Su madre dejó de pagar la casa por lo que estuvieron a punto de desahuciarlas, no la duchaba ni le daba de comer

  • A día de hoy Esty no tiene relación con su madre, pero sí con sus dos hermanas mayores

  • Muchos de los recuerdos de su infancia los tenía bloqueados hasta que empezó a ir a terapia

Esty Quesada, más conocida en internet como Soy una pringada’ ha hablado en varias ocasiones sobre lo complicada que fue su infancia, tanto por episodios que tuvo que vivir en el instituto, como por los que vivió en su casa y, una vez más, se ha abierto en canal para dar más detalles al respecto en el podcast ‘Animales Humanos’, que también puede verse en formato vídeo en YouTube.

La polémica creadora de contenido ha empezado a hablar de su infancia haciendo referencia al bullying que le hicieron durante todos los años que fue al instituto: “A la gente guay, pues nos han hecho bullying”; pero la situación más complicada la vivía en casa: “Las palizas me las pegaban en mi casa”. Quien le pegaba era su abuela, con quien estuvo viviendo varios años.

“Mi madre es una persona enferma mental sin diagnosticar, entonces, pues yo he tenido una infancia de Charles Dickens, ‘Oliver Twist’, y recuerdo cosas muy fuertes como que no me duchaba de pequeña, recuerdo estar como semanas sin duchar e ir como una vagabunda a clase”, explica Esty en el podcast.  

La relación con su madre

Cuando era pequeña, su padre murió y a partir de entonces su madre empezó a salir con otros hombres: “Me acuerdo de que con 12 años le dije a mi madre que estaba hablando por el chat de ‘Terra’ con uno de 35, y una madre normal diría: ‘deja de hablar con él’; ¿qué hizo mi madre? Follárselo”, se sincera con el entrevistador, ya que nunca antes había contado esto públicamente.

La creadora de contenido ha seguido detallando cómo era su madre y la relación que su hermana y ella tenían con la mujer: “A mi hermana y a mí no nos compraba comida, no nos abandonó de irse a otro país y no saber nunca de ella, pero nos abandonó básicamente”.

Es más, Esty ha asegurado que estuvieron a punto de ser desahuciadas de su casa porque su madre no la pagaba: “Tiene un montón de deudas, me trató horrible”. A día de hoy, entre Esty y su madre no existe ninguna relación; con quienes sí que se lleva bien es con sus dos hermanas mayores: “Compartimos muchos traumas”.

Otro de los episodios de su infancia que Esty tenía bloqueados hasta que empezó a ir a terapia fue cuando le atropelló un coche y al contárselo a su madre no hizo nada por ella, ni siquiera la llevó al hospital.

Sobre la relación con su abuela, que ya había contado que le pegaba, ha confesado también que le amenazó en varias ocasiones con tirarse por la ventana por su culpa si se iba a dar una vuelta. También ha recordado cuando llegaron a vivir seis personas en una casa de 40 metros cuadrados con dos camas: “A veces me tocaba dormir con mi abuela, recuerdo estar esperando a que ella volviese del baño en la cama con una sensación de terror de esta que te paraliza y ya negro todo… No recuerdo más”.

“Da muy mal rollo, eh”

Esty, en terapia, ha trabajado para desbloquear parte de sus recuerdos y asegura que le “salió como mi abuela me cogía de la cabeza y me la estampaba contra las baldosas”.

Está claro que su vida ha sido muy complicada y es por eso que tanto ella como Ibai Vegan, que es quien la entrevista, celebran que haya sido fuerte, no se haya suicidado y a día de hoy esté tan “cuerda”.