El bautizo se convierte en el gran quebradero de cabeza para Violeta Mangriñán un mes y medio después de dar a luz a su hija Gala. La influencer y ganadora de "Supervivientes" planeó la posibilidad de bautizar a su bebé para contentar a la familia de su chico, muy católicos y practicantes. De hecho, comenzó los trámites para ello hasta que se topó con la Iglesia: el cura se negaba a que su hermana Lila fuera madrina al no estar bautizada. “Me parece un poco heavy”, dijo al conocer la postura del sacerdote.
Por si fuera poco, Violeta - que ya está acostumbrada a ser blanco de las críticas por casi cualquier cosa - recibió el feo de Carmen Lomana por su intención de bautizar a su hija sin ser católica. "Si no formas parte de la Iglesia Católica, ¿por qué la quieres bautizar? ¿Para hacer bonitas fotos? No, Violeta, no, si bautizas un niño es para que lo eduques en la fe cristiana y dentro de la Iglesia Católica", dijo Lomana.
¿Y qué hará finalmente Violeta? ¿Bautizará a su hija aunque su hermana no pueda ser madrina? En su primera reaparición pública tras dar a luz, Violeta ha sido tajante sobre esto. "La cosa era que a la familia de Fabio le hacía ilusión y por eso quería bautizar a mi hija. Creo mucho en Dios, creo mucho en la fe pero en la Iglesia católica no tanto. Yo era partidaria que ella decidiese de mayor lo que quisiese. Pero como a mi suegra le hacía tanta ilusión, dije ‘la bautizamos’. Pero al final hubo unos problemas con el tema de la madrina, porque si no está bautizada no… así que mira, adiós", ha dicho Violeta. De sus palabras se desprende, por tanto, que no tiene intención de finalmente bautizar a su hija.
Además, Violeta también ha respondido a los ataques de Carmen Lomana: "Yo la bautizaba para darle la alegría a la familia de mi novio, que son quienes querían bautizarla. A mí me la trae al pairo bautizarla. No habrá fotos ni habrá bautizo".
En estos últimos días, Violeta también ha lucido tipazo poco después de dar a luz. Ella se siente cómoda, aunque reconoce también haber trabajado mucho este aspecto. "En realidad me lo merezco porque me lo he currado. El parto fue increíble, la ginecóloga y las matronas no se lo creían porque en seis horas Gala estaba fuera y yo soy primeriza. Lo único que fue un poco malo fue la semana después del parto, porque tuve infección de orina y con eso sí estuve malita. Me daba fiebre pero por lo demás, todo estupendo", ha dicho.
De Fabio sólo tiene buenas palabras como padre, aunque admite que le cuesta dar los biberones a la niña. "Le está costando. Pero es normal, porque es nuevo. Este comentario es un poco feminista pero donde esté una mamá, lo siento, las mujeres tenemos algo innato que le damos mil vueltas", ha dicho con una sonrisa.