Seguro que llevas tiempo oyendo hablar de Álvaro Lafuente, aka Guitarricadelafuente, como se le conoce en la escena musical. Hasta hace unos meses, este cantautor era un nombre relativamente desconocido en el panorama de nuevas voces de nuestro país, tan saturado de propuestas sin vuelo.
Lafuente contaba con unos pocos temas acústicos que habían ido cosechando cierto éxito en plataformas com Youtube, con un número de seguidorxs cada vez más grande. Su número de visualizaciones ya apuntaba rumores cálidos: aquí hay algo grande. Por suerte, su figura ha cogido velocidad a raíz de una de las colaboraciones más disfrutables que hemos podido escuchar en el último año. Se trata de ‘Nana triste’, una canción del nuevo EP de Natalia Lacunza que ha dejado impresionados a quienes se han dejado conmover por la letra.
Además de ser un tema con la dosis justa de desgarro y belleza, muestra a dos talentos impresionantes en escena. Apenas hay sorpresas con Lacunza. Ya sabíamos que es una de las grandes exconcursantes de OT; su colaboración con Lafuente no ha hecho más que confirmar su talento no es algo del futuro, nada que vendrá o tendrá que llegar. Está aquí, presente, para todxs.
Pero ¿quién es Guitarricadelafuente y por qué será una de las grandes voces de 2022?
Álvaro Guitarricadelafuente no tiene nada de clon, de réplica de modelos de éxito, algo que es bastante habitual cuando un cantante esquiva los cantos de sirena de las productoras y se da a conocer en redes en sus propios términos. Se estrenó en Youtube en 2018 gracias a una canción de producción casera, sin apenas medios. ‘El conticinio’ enseñaba sus mejores cartas: una voz delicada y honda con gusto por el flamenco, aunque con referentes de lo más variados que no se conforman con una sola corriente; y un uso consciente de sus raíces (es de Benicasim, con familia aragonesa) en la composición de los temas. Su tierra la lleva siempre presente en su forma de componer, como ha reconocido en diversas entrevistas.
Antes de su colaboración con Lacunza, el tema más escuchado de este cantautor alicantino es “Guantanamera”, que ya cuenta con casi 8 millones de reproducciones en Youtube y da la clave perfecta de qué tipo de músico tenemos delante. “Empezó siendo una cosa, pero luego cambió mucho según la creaba”, explica en Los40. “Cuando escuchas el principio no tiene ningún sentido, son todo imágenes bonitas de un sitio; pero para mí es mi pueblo y la vida en mi pueblo. La compuse y cuando después volví de mi pueblo de haber tocado todo el verano sin parar, acabó cobrando el significado de: “En Cuevas de Cañart, la vida es tan bonita que parece de verdad”. Cita al hogar a menudo, lo siente en la piel y lo vertebra a través de la voz, honda y emocional. Sus canciones son modestas en el mejor sentido. Huye de la pomposidad de los temas muy producidos, se adapta al instrumento para sacar lo mejor que pueda dar.
Fue precisamente en el pueblo de su abuela, que menciona en la letra de su canción más conocida, donde se contagió del amor por la música. Con apenas seis años, cuenta, ya cogía la guitarra para hacer sus primeras pruebas. Con 15 ya no se despegaba de ella, y de ahí nació su mote, Guitarrica, que le pusieron los vecinos de su pueblo cuando tocó por primera vez para ellos.
Buena prueba de lo presente que tiene su tierra está en sus videoclips. Hay algo de ese sabor añejo de la infancia, borrosa, como grabada siempre en la textura del grano y del super 8. Su sueño era pequeño cuando empezó, y durante un tiempo le acompañó el miedo (tan natural) de su madre. "Estuve un tiempo produciendo y grabando canciones. Mi madre me decía: ‘Alvarito, esto no te va a dar de comer”, explica en una entrevista para Vanity Fair. “La sensación más satisfactoria es que me terminase dando la razón”.
La constancia siempre premia. Su primer disco, La cantera, sabe a lo mejor del año.