La selectividad es un momento crucial en la vida de todo estudiante que quiere alcanzar la universidad. Junto a la nota del bachillerato, el resultado de este examen determina cuál es nuestra nota para poder acceder a las titulaciones universitarias. Muchos alumnos están muy pendientes de su calificación porque de ello depende poder estudiar la carrera que desean y, sobre todo, en qué universidad de España.
El porcentaje de aprobados en selectividad supera el 90% cada año, pero muchos alumnos se quedan fuera de su carrera predilecta por una nota insuficiente. Llegado a ese caso, ¿qué es lo mejor que puede hacer el estudiante? ¿Debe contentarse con cursar otra carrera? ¿Repetir el examen? En Yasss te damos las claves de los diferentes pasos que puedes seguir:
Tal vez la mejor opción es la volver a presentarte a la selectividad para subir tu nota. Debes recordar que puedes volver a hacer el examen tantas veces como se quiera. Si en la repetición obtienes peor nota, se mantendrá tu mejor calificación independientemente de la convocatoria.
Mejorar la nota de la selectividad no suele ser fácil. Esta alternativa es recomendable si tienes una buena nota media de Bachillerato y la nota de corte no está muy por encima de tu nota de admisión. También si has tenido algún infortunio durante el examen que haya podido bajar tu calificación de forma importante.
Es importante que tengas en cuenta que, aunque obtengas después la calificación deseada, las carreras más demandadas suelen agotar sus plazas en la primera convocatoria, por lo que igual tendrás que esperar al curso siguiente para intentar matricularte en la carrera deseada.
Las universidades privadas requieren la selectividad aprobada, pero no suelen regirse por nota de corte. Por tanto, puede ser una buena opción si te has quedado sin plaza en la pública por la nota de corte. Debes tener en cuenta, eso sí, el coste de dicha carrera. Las universidades privadas ofrecen sistemas de financiación y becas para sus estudios.
Los periodos de inscripción y matriculación de las universidades no presenciales suelen ser un poco más largos. Además, no acostumbran a aplicar notas de corte a las solicitudes de los estudiantes, ya que el número de plazas no es tan limitado.
Aunque es más arriesgado, un alumno también puede matricularse en otra carrera diferente a la deseada y cambiar de grado más adelante. Eso sí, deberás confirmar que la universidad lo permite o facilita la convalidación de materias entre grados diferentes.