No tenemos pruebas, pero tampoco dudas: Whatsapp llegó a los ordenadores para que ignorar a los profesores universitarios durante sus clases fuese un ejercicio más sutil. Bastaba con conectar el móvil al portátil y ¡pum! todos los chats disponibles en la pantalla. ¿Una clase de deontología o rajar con la persona que tienes al lado sobre tu compañero, el que no os deja los apuntes? Con Whatsapp web, la decisión es mucho más sencilla.
Más allá del escaqueo, tener el servicio de mensajería más usado a golpe de pestaña facilitó muchas tareas, sobre todo en lo laboral, y nos evitó más de una distracción. ¿Quién no ha cogido el teléfono para mandar un mensaje y ha acabado scrolleando por Twitter e Instagram hasta que no le queda nada nuevo que consumir? Si estás trabajando y necesitas coordinarte con alguien que no está ahí, basta con abrir la app en otra pestaña, enviar el mensaje y seguir a lo tuyo.
Conectarse a Whatsapp desde el navegador es muy sencillo y tiene bastantes ventajas. Te las contamos en Yasss.
Conectarse al servicio de mensajería desde el ordenador es facilísimo, de verdad: puedes usarlo desde el navegador o descargar la app en el escritorio, para tenerla a mano siempre que quieras. Si optas por la primera, basta con ir al móvil, entrar en Whatsapp, buscar en ajustes -en la barrita verde superior, los tres puntos a la derecha-, seleccionar la opción ‘Web’ y pulsar sobre ella.
Te aparecerá un mensaje que te pide “ir a web.whatsapp.com en tu computadora” encima de tu cámara, que estará activada y sobre la que verás un cuadrado verde, que sirve para capturar un código QR. ¿Cuál, exactamente? El que aparece cuando buscas el dominio del mensaje en tu navegador, totalmente personalizado. Pon la cámara sobre el código y tu ordenador irá derechito a tus chats.
Si prefieres descargar la aplicación de escritorio, podrás hacerlo desde la Microsoft Stpre, la Apple App Store o desde el sitio web de Whatsapp. Tu ordenador deberá tener un sistema operativo Windows 8.1 o posterior o un macOS 10.10 o superior (cualquier otro sistema lo rechazará). Una vez comprobado que cumples los requisitos, ve a la página de descarga de Whatsapp, luego descarga el archivo .exe o .dmg y, después, ábrelo. Cuando le des a ejecutar aparecerá otra ventana y solo tendrás que seguir las instrucciones para completar la descarga.
Escojas la que escojas, ambas necesitan de la app de Whatsapp en el móvil para funcionar, y los mensajes se envían, reciben y sincronizan en los dos dispositivos. La gran diferencia es que en la aplicación de escritorio consume mucha menos memoria ram que en la de navegador, por lo que, si tu ordenador no es muy potente, te conviene tener esta opción en mente.
Ya te hemos contado cómo iniciar sesión en Whatsapp Web (en la app del escritorio es exactamente igual), una cosa que, por cierto, solo se puede hacer en una de las opciones, además del móvil. Es decir, si te conectas al navegador, no podrás hacerlo en el Escritorio, y viceversa. Escojas la que escojas, tendrás muchas ventajas. La principal, que podrás usar los atajos del teclado para acceder a las funciones rápidamente: copiar, pegar, enviar imágenes a tutiplén… y eso te ahorra muchísimo tiempo, sobre todo si tienes que mandar mensajes de trabajo u otros un poco más formales.
Puedes tenerlo en el ordenador del trabajo y cerrar sesión sin problema desde casa, con tu móvil: basta con ir al menú y ver los dispositivos en los que está disponible nuestra cuenta de Whatsapp. Pulsa sobre el que no te interese, dale a cerrar sesión y c’est fini: nadie podrá ver qué envías o respondes ni a quién. También puedes hacerlo desde el ordenador, en la parte de ajustes (también sobre la barra de conversaciones en curso), pinchando sobre ‘cerrar sesión’.
En cualquier caso, elijas la opción que elijas, debes tener mucho cuidado con la privacidad. Ten en cuenta que todos los documentos o imágenes que descargues se guardarán en el ordenador: si el material es especialmente sensible, lo mejor es no echarle un ojo en ningún ordenador ajeno.