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El priapismo en las mujeres o cuando la erección del clítoris afecta a tu salud sexual: causas y tratamiento

  • El priapismo es un trastorno que afecta tanto a hombres como a mujeres.

  • El priapismo femenino se origina por una mala circulación en los tejidos erectos.

  • Para curarlo, es condición indispensable acudir a un especialista.

En nuestra educación sexual perviven todavía muchos mitos y falsas creencias en torno a nuestros órganos genitales. Uno de ellos consiste en confundir el clítoris con un órgano inerte que mantiene un tamaño estándar a lo largo de una relación sexual. No funciona así. De hecho, el clítoris de las mujeres puede endurecerse y ponerse erecto cuando la excitación llega, con medidas que van desde los 5 hasta los 10 cm. En el caso de los hombres, el crecimiento del órgano (el pene) es hacia afuera; en muchas mujeres, hacia el interior.

Al mencionar la palabra ‘priapismo’ solemos pensar casi exclusivamente en una erección persistente y muy dolorosa que afecta a algunos hombres. Sin embargo, no es exclusiva del género masculino. También puede afectar severamente a la salud genital de algunas mujeres, al igual que el picor y otros trastornos molestos

Cómo funciona la erección femenina

Sí, las mujeres también se excitan, tienen erecciones y modifican el tamaño de sus órganos sexuales durante sus relaciones. De una forma similar a lo que ocurre durante la erección masculina, los llamados ‘bulbos clitorianos’ se hinchan cuando se llenan de sangre, y por eso la presión empuja la vulva hacia afuera, el capuchón del clítoris se retrae y los labios vaginales toman ese característico color rojo intenso a medida que la vagina se lubrica y se humedece. El clítoris se pone erecto y retiene cierta cantidad de sangre para aumentar de tamaño. Cuando el orgasmo llega, la sangre atrapada en los tejidos de la vagina regresa al interior del sistema y la hinchazón baja poco a poco hasta regresar a un estado de relativa normalidad.

Si existe priapismo de clítoris, el proceso falla y la mala circulación de la sangre empieza a provocar problemas, molestias y dolor en la vulva. No es un trastorno exclusivo de los hombres. Las mujeres también pueden sufrir este problema durante sus relaciones sexuales. Incluso puede aparecer sin que medie excitación alguna.

El clitorismo, o priapismo del clítoris

El síntoma principal es una erección prolongada, inacabable y dolorosa del clítoris, que no devuelve la sangre a los tejidos internos y se mantiene erecto e hinchado demasiado tiempo. En diversos estudios ha quedado demostrado que el clitorismo, otro de los nombres que recibe, puede aparecer como respuesta a la toma de ciertas drogas de diseño y algunos medicamentos, en su mayoría aintidepresivos que impiden recaptar la serotonina a los receptores adrenérgicos.

Por lo general, suele aparecer cuando existe una mala circulación de la sangre por los tejidos eréctiles. A causa de ello, el clítoris acaba inflamándose durante demasiado tiempo (más de cinco horas). Aunque el porcentaje de mujeres que sufre esta condición es bastante bajo, no por ello deja de ser una afección que hay que tratar cuanto antes para acabar con las molestias.

La mala noticia es que puede llegar a ser un trastorno muy doloroso, además de afectar directamente a la libido. Muchas mujeres con priapismo de clítoris no pueden hacer vida normal, y su idea de las relaciones sexuales cambia radicalmente, al asociarlas con algo negativo que les impide disfrutar de su vida sexual con toda tranquilidad. A diferencia de los hombres, las mujeres con priapismo de clítoris cuentan con una ventaja: hay un riesgo mucho menor de que se produzcan coágulos en la sangre. En ambos casos es necesaria la atención médica urgente.

Si sufres de priapismo de clítoris y tu erección deriva en hinchazón, dureza y dolor prolongado, lo más recomendable es acudir al médico especialista o a urgencias para poner en marcha un tratamiento, que por lo general pasa por aspirar la sangre sin oxigenar atrapada en los cuerpos cavernosos, para sacarla del organismo. El proceso es doloroso, así que suele requerir anestesia local.