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La resaca y el buen sexo: ¿por qué estamos excitados y tenemos ganas tras de una noche de fiesta?

  • ¿Por qué estamos cachondxs recién despiertos y con una curda mortal? ¿Tienes una erección de buena mañana y no sabes a qué se debe?

  • Los efectos de desinhibición del alcohol siempre duran mucho más de lo que habíamos planeado

  • "Al despertar al día siguiente con restos de alcohol en sangre, es posible que nuestra respuesta sexual se siga viendo afectada”, afirma un experto

Con o sin pandemia, la situación sigue siendo tan familiar como ese garito al que vas por defecto a pedirte la primera copa y fichar quién está bailando en el centro de la pista. Horas más tarde, un taladro te percute la cabeza y desearías no haberte bebido el sexto gin tonic anoche, cuando le dijiste a tu crush: “¿Sabes que el agapurni se aparea incluso cuando hace frío?”, con la secreta convicción de que acabaríais subiendo a casa a tomar la última.

A la mañana siguiente, tienes una resaca del tamaño de una selva brasileña y un curioso efecto se ha añadido a ese cuerpo escombro: estás caliente y quieres tener sexo. De hecho, no es la primera vez que te pasa. Recuerdas perfectamente otras resacas en las que el efecto fue exactamente el mismo: locas ganas de hacer gatitos con otro ser humano. Puedes probar a tener un orgasmo nocturno, si todavía no estás saciadx.

Así pues, ¿por qué estamos cachondxs recién despiertos y con una curda mortal? ¿Tienes una erección de buena mañana y no sabes a qué se debe?

Por qué queremos tener sexo cuando tenemos resaca

Parece ser que la suma de la resaca y las ganas de sexo es algo bastante común entre seres humanos de entre 30 y 40 años. El periodista Dave Hill describe para Vice qué le ha sucedido numerosas veces con su novia:

“Nos hemos dado cuenta de que el día después de haber salido de fiesta, los dos nos ponemos locos con el sexo. Mis amigos me han dicho lo mismo, y en internet hay artículos sobre gente que se pone cachonda cuando está de resaca, por lo que está claro que ahí pasa algo”.

El artículo de Vice destila anticientifismo, teorías endebles de andar por casa y una asombrosa falta de concreción en los motivos por los que estamos cachondxs después de una noche de bebernos el Mar Caspio, por lo que es necesario acudir a una opinión autorizada para entender por qué estas ganas de mantener relaciones sexuales se alían con el peor momento para tenerlas: la resaca destructora.

Héctor Galván, Director Clínico del Instituto Madrid de sexología, cuenta en Código Nuevo que ya existen algunos estudios que prueban la dificultad de algunos hombres para controlar sus erecciones tras una ingesta elevada de alcohol. Aunque no se puede afirmar con total seguridad que haya una relación probada entre resaca y ganas de sexo, puede que la respuesta al enigma del deseo anormal tras una noche de alcohol resida en el efecto de desinhibición y libertad que sentimos cuando bebemos, y cómo afecta esta disolución de las barreras a nuestra corteza cerebral, ahí donde juegan su partida los valores, las creencias, las normas y el deseo.

“Por eso, al despertar al día siguiente con restos de alcohol en sangre, es posible que nuestra respuesta sexual se siga viendo afectada”, explica Galván.

¿Y las mujeres?

Algunos artículos relacionados con el mismo “problema” describen un efecto contrario en muchas mujeres: una absoluta y total falta de ganas de sexo después de una noche de ingesta alcohólica. Suponiendo que sea cierto y no otra teoría bastarda con la profundidad de “Los hombres son de Marte y las mujeres de Venus” (ninguna en absoluto), el experto menciona el impacto superior del alcohol en el físico de las mujeres y los diferentes estudios que describen la reducción de la excitación horas después de haber bebido, aunque matiza que sería osado diferenciar los efectos del alcohol por géneros. “Se podría decir que no existen efectos sexuales universales generados por el alcohol durante la resaca. Las diferencias se derivarían no solamente por el género sino por la constitución, singularidad y personalidad de cada uno”.

Lo que queda claro, según el experto, las fuentes consultadas, tu vecina la del quinto y el hombre que te sirve los mangos y las piñas en el mercado, es que tocarse solx o en compañía después de una noche de bocas abiertas y riego por goteo constante (de ron) es una de las mejores cosas que podemos hacer para regular hormonalmente nuestro cuerpo y procurarnos un rato de gozo.

Bienvenida esa oxitocina y dopamina en oleadas controladas para alcanzar la recuperación. Bienvenido también ese plato de pasta carbonara, un plato antiresaca que agradeces como la lluvia fresca en verano. Nada de arrimarte a la puerta de tu compañerx de piso, si es que no tienes a nadie. Esa resaca pasará, y muy pronto tu vida volverá al 0% de alcohol en sangre y a las ganas más o menos normales de tener sexo (muchas, muchísimas).