Si la rutina ha invadido tu relación de pareja y os ha crecido moho entre las piernas a cada uno (solo es una imagen para que te pongas las pilas, deseamos que eso no pase, sinceramente), nada mejor que probar estos juegos eróticos de mesa (o estos juguetitos) para que las cosas vuelvan a ponerse al rojo entre vosotros.
Estas son algunas de las mejores opciones que tenéis disponibles en el mercado. Recomendadas 100% en las diferentes reseñas de los que los han probado.
Si lo que quieres es romper el hielo en una cita, este es tu juego. Habla, flirtea o atrévete: los tres niveles para ir generando situaciones cada vez más subidas de tono. Además, es de los más fáciles de utilizar. Con cada carta, una acción; el resto lo pone la imaginación de cada uno.
Si no te convence el anterior, puedes probar con este, la versión para grupos de parejas enamoradas de uno de los momentos más míticos de Don Juan Carlos, evasor fiscal y Rey Emérito.
"Juego muy entretenido y divertido, sobre todo si lo juegas con otras parejas, ya que hay preguntas un tanto personales y las respuestas pueden terminar en muchas risas", dice una reseña.
También llamado ‘Trivial para parejas’, el instrumento de conocimiento óptimo para saber cosas que tu pareja no te había contado y conocerla mejor. Como suele ser habitual, las preguntas de las cartas os permitirán a cada uno ir investigando más a fondo al otro.
No es tanto un juego de mesa erótico como uno para estrechar lazos y quereros mucho a medida que vais respondiendo. La parte peligrosa (pero divertida) es que algunas de las cartas contienen dilemas morales, así que tanto tu pareja como tú podréis poner al otro en un aprieto y entender cómo reaccionaría en ciertas situaciones.
Como el clásico de acabar en la cárcel después de que te roben tu imperio inmobiliario, pero para esas parejas o grupos de parejas que quieren experimentar la tentación en un marco sano. Conversaciones provocativas, pruebas de resistencia con los dados y muchas cosas más. Lo más parecido a sentirse un magnate del petróleo (por el parecido con el Monopoly original) mientras tienes sexo con la persona que te gusta.
Un juego muy completo que abarca un amplio muestrario de tentaciones y posibles juegos con tu compañere de cama. Incluye, entre otras cosas, fichas, dados para los turnos, pluma para hacer cosquillas a tu pareja, esposas y hasta un vibrador; básicamente, todos los objetos necesarios para el juego perverso y divertido de roles.
En el juego, los jugadores se mueven a lo largo del tablero en vertical o en horizontal. Hay diferentes casillas que representan habitaciones (de masaje, sado, sorpresa, postura…). A su vez, ciertas casillas esconden preguntas que ilustran a los implicados sobre distintos temas relacionados con la sexualidad.
No estás en Las Vegas ganando una partida frente a un hombre bizco que se tira faroles, sino delante de tu pareja intentando que no descubra las diferentes posturas que tiene la mano de cartas que te ha tocado en diferentes fases: acariciarse, dar placer, éxtasis, todo ello con los clásicos trucos del póquer: lanzar faroles, rendirte (a la pasión) o subir la apuesta para obligar a tu pareja a ponerse a tu nivel en la partida.
“Lo probé con mi pareja y como a los dos nos gusta el póker, fue una nueva manera de jugar. Está bien para caldear el ambiente”, dice un usuario satisfecho.
Un juego estupendo tanto para parejas que jueguen en grupo como para grupos de amigos donde se note esa tonelada de tensión sexual no resuelta y haya que dirimir (en la cama) lo que los labios no se atreven a decir. Entre pregunta y pregunta, retos alcohólicos que os achisparán y harán que la temperatura vaya subiendo de tono, tenéis más de cien cartas.
Si aún no te has declarado a tu crush porque no te atreves, y no consigues vencer las ganas de meterte bajo la mesa y acurrucarte con un gorrión, este es tu juego de mesa. Achíspate y consigue declararte bajo la excusa de que tú solo obedeces lo que te piden las cartas.
De la marca Platanomelón, que sabe lo que tu vida conyugal necesita. Con las cartas, mientras te mueves con un tablero con las casillas en forma de S, pondrás a prueba tus diferentes conocimientos en materia sexual y, de paso, irás ‘calentando’ a tu contrario. Olvídate de los tabúes. La peor y más tórrida pregunta que te imagines te caerá en este examen.