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Los millennials popularizan la erótica kinky y el BDSM: recomendaciones para iniciarse en esta práctica no normativa

  • El 24 de julio se celebra el Día Internacional del BDSM, un conjunto de eróticas a las que comúnmente se conocían como "sado-masoquismo"

  • Se denomina 'sexo kinky' a todas esas prácticas no normativas relacionadas con nuestra sexualidad

  • Todas las prácticas que engloban las siglas BDSM aún son consideradas como algo "no normal" o incluso un tabú, pero esto está cambiando

Para que luego digan que en España no somos los pioneros. No solo inventamos el Chupa-Chups, también podemos atribuirnos la creación del Día Internacional del BDSM, celebrado el 24 de julio. El BDSM, más allá de las prácticas que a todos se nos vienen a la cabeza (sumisión, dominación, uso de cuerdas, látigos...) es una forma de entender la erótica y el deseo que, durante muchos años, fuer considerada como algo fuera de lo normal, perverso, y en algunos casos incluso trastornos psicológicos. Sin embargo, la generación millennial, sobre todo por su fácil acceso a internet, ha conseguido una verdadera revolución sexual a la hora de romper tabúes y normalizar algunas prácticas. ¡Por eso en Yasss también nos unimos a esta celebración!

Tal y como explican en el blog de LELO, la conocida marca de juguetes sexuales, fue en un famoso local BDSM de Barcelona donde se llevó a cabo la iniciativa de crear el Día Internacional del BDSM. Eligieron la fecha del 24 de julio para hacer referencia al código 24/7, una manera que tienen las personas sumisas de indicar que están todos los días y a todas horas a disposición de su amo/a.

Esta celebración fue acogida con gran éxito, ya que son muchas las personas que, de manera ocasional o de forma más frecuente, recurren al BDSM para explorar su sexualidad, relacionarse con otras personas y dar rienda suelta a sus pasiones. Y, si bien hace tan solo unas décadas hablar de BDSM (o cualquier otra forma de sexo 'kinky') era un tabú, algo reservado a personas de confianza o entornos donde podías ser anónimo, actualmente hemos perdido la vergüenza para experimentar fuera de "la norma".

¿Qué es el BDSM?

Según explica Valérie Tasso en la guía 'sexo kinky y bdsm para profanos' editada por LELO, BDSM no es sinónimo de sado-masoquismo, sino que engloba "tres tendencias: Bondage-Disciplina, Dominación-Sumisión, Sado-Masoquismo". Esta sexóloga explica estas prácticas refiriéndose a ellas como "un juego de rol, una teatralización en la que todos los adeptos aceptan jugar un papel y llegar a un acuerdo entre todas las partes involucradas".

Recalca Tasso que el BDSM es sano, seguro y consensuado, y que nunca se debe confundir la dominación o la sumisión con utilizar a otras personas o conseguir lo que se quiere. La clave de esta erótica es el consentimiento. Además, comparte cinco consejos para iniciarte en el BDSM sin complejos:

  1. Investiga. El BDSM, en realidad, es el acrónimo de varias prácticas, entre las que se incluyen el bondage, la disciplina, la dominación, la sumisión y el sadomasoquismo: "Al igual que buscas información sobre un nuevo deporte antes de practicarlo o apuntarte a clases, lo ideal es que localices información de expertos para descubrir qué es lo que más va contigo dentro del BDSM y cómo ponerlo en práctica".
  2. Establece límites. Como en cualquier otro tipo de interacción sexual, ¡la comunicación es clave! Valérie Tasso recomienda que hagas con tu pareja un listado de juegos o prácticas, poniendo “sí”, “no” o “quizás” al lado de cada una. Esto servirá para establecer límites y saber hasta dónde está dispuesto a llegar cada uno. Además, en BDSM es muy frecuente el uso de una palabra de seguridad que debe acordarse antes de empezar y que servirá para parar cuando alguien la pronuncie. Junto a los límites consensuados, también es importante hacer uso del sentido común. En el caso del bondage, por ejemplo, jamás debes pasar una cuerda por el cuello de otra persona o dejarla sola mientras esté atada.
  3. Olvida los prejuicios. El BDSM está rodeado de mitos y tópicos bastante alejados de la realidad. El más habitual está relacionado con la violencia, por lo que son muchos quienes, erróneamente, creen que el BDSM consiste en infligir dolor al otro sin motivo aparente. Sin embargo, y como se explica en el punto anterior, todas las prácticas deben estar consensuadas de antemano. Piensa que, por lo general, quienes lo practican no buscan el dolor por sí mismo, sino como medio para llegar al placer.
  4. Sigue el 'dress code'. Cuando piensas en BDSM, es probable que te vengan a la cabeza personas vestidas con látex, cuero o PVC. Esto se debe a que, habitualmente, es el 'outfit' necesario si alguna vez quieres visitar un club de BDSM. Además, al ser materiales que se adaptan al cuerpo, se suelen relacionar con la propia desnudez, creando un simbolismo que resulta de lo más excitante tanto para quienes los visten como para el resto. Pero si bien el dress code es importante, también hay personas que son grandes conocedoras del BDSM y no necesariamente lo siguen a rajatabla.
  5. No tengas grandes expectativas. Sobre todo, si eres inexperto en la materia. Al igual que ocurre con el resto de prácticas sexuales, además del orgasmo también es importante disfrutar del proceso. No esperes grandes resultados a la primera.

¿Qué es el sexo kinky?

Este término inglés, que significa "excéntrico", "extraño" o "peculiar", se usa para referirse a cualquier práctica sexual 'no normativa'. Podría ser considerado 'kinky' desde utilizar un juguete o probar una postura diferente para mantener relaciones. Quizás en el siglo XX este significado pudiera servir para algo, pero la llegada de internet a nuestras vidas lo cambió todo, y la generación millennial, que fueron los primeros adolescentes con acceso a internet, iniciaron una revolución sexual en cuanto a desmontar tabúes y probar cosas nuevas que lo cambió todo.

La popularización de la erótica kinky gracias a los millennials

Valérie Tasso considera que, aunque estas formas de vivir la sexualidad no tienen nada de nuevo, sí se puede hablar de que en los últimos años estas prácticas no normativas se han popularizado. La sexóloga lo atribuye, sobre todo, a las redes sociales, donde se habla con más libertad sobre algunos temas y, sobre todo, se puede encontrar contenido de todo tipo. Los millennials han entrado de lleno en el sexo kinky, aunque solo sea atraídos por su estética. Eso sí, como BDSM y kinky no es lo mismo, cabe recalcar que el uso de exposas en una relación sexual puede ser kinky pero no tiene por qué ser dominación.

Los millennials también han sido la generación que ha revolucionado la salud mental. Bien sea por su narcisismo generacional o por movimientos que nacieron en redes sociales como el body positive, han tenido la preocupación por encontrarse a sí mismos, entender lo que les gusta y por qué y aceptarse y reivindicarse tal y como son. En estos procesos de recuperación de la autoestima o descubrimiento del propio ser el BDSM podría ser una gran herramienta. Además, según Tasso, la práctica de estas eróticas tiene otros beneficios como la creación de vínculos emocionales, la producción de endorfinas (y su efecto enteogénico y ansiolítico), la sensación de abandono de las responsabilidades, el alivio, la gestión del dolor...