¿Eres de esas personas a las que les gusta hacer la cucharita después de la siesta (evita, por favor, los ronroneos de gato)? ¿Prefieres la noche para hacer el salto del tigre (o alguna de estas posturas de las que nunca has oído hablar), justo después de la cena? ¿Y qué hay de los despertares con premio junto a tu pareja?
No hay duda de que cada unx de nosotrxs tiene una hora predilecta para practicar sexo; no hacerlo es malo para la salud. Solemos tener identificado el momento en el que más nos apetece, la hora del día que más energía tenemos y mejor se nos da eso de hacer volteretas con la carne. Con todo, independientemente de la hora a la que nos guste estudiarnos las vacunas con otro ser humano y hacer gatitos, la ciencia también tiene sus propias teorías cuando se trata de mapear el deseo sexual de los seres humanos y ha establecido de forma rigurosa cuáles son las mejores horas del día para practicar sexo.
Te las contamos.
No hay duda de que la gimnasia de la carne va en gustos, y no es cuestión de imponerte una franja horaria específica para tus revolcones y tus encuentros íntimos. Por mucho que la ciencia y unos cuantos tipos en bata blanca claven su cayado en el suelo para dictar sentencia, el ser humano vive sometida a la aceleración hipercapitalista del presente y los ratos de disfrute, cuando no estamos aguantando a un jefe tóxico o decapitando a un supervillano y salvar a la ciudad de morir bajo el efecto de la radiación, son pocos y contados. Hay que contar además con otro factor fundamental: ¿Le apetecerá a tu pareja a la misma hora que a ti?
Pero, si es cuestión de acudir a fuentes autorizadas, existen ya algunos de estudios que demuestran que hay ciertas horas del día y de la noche donde hay mayores probabilidades de tener orgasmos más satisfactorios. Según la teoría que razonan investigadores de la Universidad de Varsovia en ‘Frontiers and Psychology', nuestra satisfacción sexual está atravesada por factores como el cronotipo y el tiempo en el que mantenemos relaciones. Es decir: la hora influye directamente en el placer que podemos sentir o no sentir. Por eso se suele decir que la mañana, justo después de despertar, es una hora mágica para el amor. El cuerpo ha recargado toda su energía durante la noche, hemos descansado y estamos preparados para cualquier tipo de actividad física.
Respecto al estudio de este grupo de científicos, la ‘hora satisfactoria para el sexo’ se basa en las respuestas de entrevistas realizadas a 90 parejas (heterosexuales). Hasta un 40% afirmaron sentirse insatisfechas después de tener sexo entre las nueve de la noche y la una de la mañana. La conclusión no parece del todo fiable, pero es clara: no le pidas a tu pareja hacer el kamasutra después de cenar esa tortilla francesa típica, seguramente tengas la cabeza en otra parte y no disfrutes todo lo que deberías.
Los expertos argumentan que, en este punto del día (entre las 21:00 y la 1:00 AM), nuestro cuerpo está preparándose para el día siguiente y todos los órganos están en funcionamiento. Esa energía residual tiene que ser utilizada para funciones básicas. De ahí que el cansancio de esa hora, tan común, sea una excusa con toda la lógica para decirle a tu pareja: “La verdad es que hoy no tengo ganas, preferiría aturdirme un rato con Netflix”.
Otro análisis, este publicado la British Journal of Medicine, basa sus resultados en nuestros niveles de testosterona y las franjas del día donde aumentan o disminuyen, en función de nuestros biorritmos y procesos biológicos. Puede que el mensaje final de este paper no le guste a mucha gente. Los resultados arrojan una conclusión sorprendente: la mejor hora para el revolcón son las 5:45 de la mañana, momento en el que los niveles de la hormona en cuestión se encuentran en su punto más alto. Sí, cuando vuelves de resaca, o estás metidx en la cama y acabas de soñar que Vladimir Putin te pide que seas su poni y te entrega una ametralladora.
Diversas pruebas apuntan a que la producción de la hormona en los hombres se duplica en esta franja horaria gracias a la glándula pituitaria, que suele activarse en este momento de los ciclos circadianos. En el caso de las mujeres, esto no sucede exactamente así. Mientras que ellos, por hablar mal y pronto, tienen más facilidad para ponerse cachondos a esta hora, ellas luchan contra un enemigo natural para las cosas del placer sexual: la producción de melatonina.