El otro día le preguntamos a la gente si era verdad que, como decía Sonia y Selena allá por los 2.000, cuando llegaba el calor se enamoraban más. Para nuestra sorpresa, casi todos los preguntados coincidían en algo: estaban más abiertos a los encuentros sexuales. Ya se sabe: se está de vacaciones, tenemos más tiempo libre, salimos más de fiesta… Además, el sol no solo te pone moreno, sino que te pone más calentito ya que en verano hay más horas de sol, el sol aumenta la Vitamina D y a su vez, ésta activa la secreción de la testosterona masculina y los estrógenos femeninos. Si a esto le añadimos los outfits veraniegos y que sudamos más (liberando más feromonas) nos convertimos en todo un reclamo sexual y animal... No obstante, las altas temperaturas también causan irritabilidad y un ligero abandono que adormece la libido.
No obstante, las altas temperaturas del verano no nos lo ponen nada fácil y, más que darnos ganas de disfrutar, a veces nos la quitan. Por eso en Yasss nos hemos puesto le hemos preguntado a Irene Payá, Psicóloga y Sexóloga especialista en terapia de pareja, que nos diese unos consejitos para tener en cuenta en nuestros encuentros eróticos-veraniegos y no morir en el intento: ¡porque no podemos permitir que el termómetro merme nuestra vida sexual!
1. Intenta estar bien hidratado: Beber mucha agua y comer mucha fruta. Estaremos doblemente hidratados y nos sentiremos ligeros para dar rienda suelta a nuestro deseo sexual.
2. Evita el consumo excesivo de alcohol: A pesar de que un par de copas puedan ayudar a nuestra desinhibición y avivar nuestro deseo, hemos de tener en cuenta las resacas. Si ya en invierno anulan nuestros sentidos debido a la deshidratación del cerebro…imaginad en plena ola de calor. Una resaca de estas puede resultar asesina.
3. Juega con los cubitos de hielo: Un cubito resbalando por nuestra piel, pone en alerta a nuestros sentidos y hace que los estímulos sean aún más intensos. Si el frío es excesivo, podemos masticar el cubito y recorrer el cuerpo de nuestra pareja con besos helados.
4. Atrévete con los masajes eróticos fríos: Si metemos la crema hidratante en la nevera y después damos un masaje a nuestra pareja con ella, tendremos muchas papeletas para acabar practicando sexo. Después, lo ideal es que el masajeador sea el masajeado.
5. Y dale a los encuentros eróticos en la ducha: El agua fría activa la circulación y aumenta los niveles de testosterona. Si en lugar de ducha tienes bañera las posibilidades se multiplican, y también las posturas disponibles.
6. Jacuzzi y/o piscina, un clásico: Si tenemos la oportunidad de hacerlo sumergidos en agua, ¡mejor que mejor!. Evitaremos la sudoración y activaremos una lujuria húmeda que al mismo tiempo relaja. Eso sí, intentad escoger siempre una zona donde hacer pie.
7. En el suelo (por qué no): Cuando el termómetro marca más de 35 grados, lo ideal es eliminar cualquier tejido que produzca más calor (sábanas, sofá, alfombra…). Si tenemos terraza y, sobre una lona, echamos unos cubitos de hielo, podremos tener unos encuentros eróticos chapoteantes y divertidos. Si no disponemos de terraza, bien podemos conformarnos con las baldosas fresquitas del baño o la cocina.
8. Busca el aire libre: Si tenemos acceso a piscinas privadas, playas solitarias, azoteas o jardines, es una opción genial hacerlo bajo una buena sombra o a la oscuridad de la noche bajo la luz de las estrellas.
9. Posturas recomendadas para el sexo en verano: Obviamente, existen posturas sexuales idóneas para combatir el calor y, con ello, el sudor. La clave está en evitar que los movimientos sean frenéticos y pasen a convertirse en movimientos suaves.
A) Cucharita: además de ser una postura romántica, el esfuerzo de ambos es mínimo.
B) Heteromasturbación: renunciando a nuestra naturaleza coitocentrista, podemos optar por una masturbación mutua. Puede ser aún más refrescante si utilizamos lubricante
C) Alineamiento coital: similar al misionero, con la diferencia de que la mujer, tumbada hacia arriba, utiliza una almohada o cojín para elevar la pelvis y con las piernas ligeramente cerradas. El hombre, encima de ella, apoya su peso sobre sus propios codos y la penetración en vez de ser de adelante hacia atrás, es de arriba hacia abajo. Así conseguiremos unos movimientos mucho más suaves.
D) El trono del rey: El hombre está sentado mientras la mujer se sitúa encima de espaldas a él. La mujer aquí tiene el control de los movimientos. Esta postura puede realizarse también en la bañera, para estar más húmedos.
¡Y ya estaría! Que no se te escape nada ;)