Si hay una aplicación reina en asuntos de match, compatibilidad afectiva y fotos de personas escalando (¿podéis parar ya, por favor?), esa es Tinder, el entorno ideal para currarte una descripción sin faltas de ortografía, fingir que tienes cuatro doctorados en protopartículas y encontrar el amor.

Hecha la app y su sistema de pago, hecha la trampa: toda esa gente que trata de averiguar quién le ha dado match a su perfil sin desembolsar esos euros de la suscripción de pago, Tinder Gold. Su inventiva nos garantiza dos cosas: que son más agarrados con el dinero que un anciano con su pensión de viudedad, y que algunos han conseguido saltarse las barreras que la aplicación levanta para los que buscan tener el poder de esa información sin desembolsar un solo euro.

A primera vista, la forma que Tinder utiliza para filtrar los likes de sus usuarios es muy efectiva. El sistema se divide entre los que usan las funciones gratuitas de la aplicación, con un número limitado de likes al día y otra serie de ‘capados’. Un eterno ‘ponte a la cola, a ver si ligas’, que trabaja bajo los misterios del algoritmo de la app, tan cruel como imprevisible.

Estos usuarios disponen de funcionalidades muy básicas, sin grandes fastos ni poderes mágicos para poder averiguar quién le ha dado like a nuestro perfil (de todos modos, es divertido jugar a adivinar si le hemos caído en gracia a esa persona con dos jorobas, un ojo bizco y un caldero mágico, cosas que menciona en sus gustos y aficiones).

Por otro lado, tenemos a los usuarios que pagan por los diferentes tipos de suscripciones disponibles, sin contar los ‘boost’, esa suerte de túnel mágico que coloca sus perfiles en una posición privilegiada, para que otros encuentren su perfil mucho antes que los demás.

La suscripción estrella es Tinder Gold, y claro, es la más cara, ya que nos permite averiguar de un vistazo quién nos ha dado like y poder matchear de vuelta a esa persona para ahorrarnos el infinito carrusel de perfiles que no nos interesan.

Los usuarios rasos de Tinder, los que no mantienen ninguna clase de suscripción de pago, solo pueden ver fotos borrosas, aparte de un molesto menú flotante, en el que la aplicación nos recordará constantemente lo mismo: para descubrir quién está detrás de ese perfil que nos ha dado like tenemos que pagar.

La mala noticia es que no existe ninguna aplicación de terceros, hack tecnológico o conjuro arcano para descubrir quién nos ha dado like en Tinder sin pagar. La buena noticia es que, con un poco de intuición puedes llegar a averiguar quién quiere hacer gatitos contigo.

Hasta hace unos meses, un bug en la versión web de la aplicación permitía saltarse las barreras de forma muy sencilla y despixelar las fotos borrosas de la sección Gold, pero la aplicación trabaja de forma muy activa para evitar las triquiñuelas de sus usuarios, y hace ya algún tiempo que solucionó el error (e hizo infelices a los que habían conseguido abrir gratis esa puerta en el Matrix del amor)

De todos modos, no es tan complicado intuir los rasgos de las personas detrás de las fotografías de la sección Gold. Aparecen borrosas, de acuerdo, pero con un poco de olfato visual es posible reconocer esos mismos perfiles cuando hacemos swipe right o left con el dedo, durante el uso normal de Tinder.

Puedes sacar una captura de pantalla y tener esas fotografías a mano cuando quieras tratar de averiguar quién te ha dado match.