Basta una búsqueda veloz en Google para confirmar que ciertos mitos, leyendas urbanas o accidentes de coche a cámara lenta acaban por suceder. Es sorprendente. Hay gente angustiada en diversos foros de Internet que se atreve a pedirle consejo a otros usuarios y así responder a la pregunta que les come por dentro: “¿Qué haríais si os encontrarais a vuestro padre o vuestra madre en Tinder?” Necesitan consuelo. Todos lo necesitaríamos.

La duda (fundamental, lo sabemos) solo encuentra respuestas inconsolables de los usuarios en foros como Quora. “Se que eso no ocurrirá jamás. ¿Que clase de persona entra a Tinder?”. “Nunca he entrado a Tinder, pero sé de qué va, si entrara y encontrara a mi padre si me asustaría muchísimo, porque él murió hace un mes”. “Le conté a mis amigas, y me dijeron que lo chantajeara con ello para que me comprara un carro”.

Venimos a darte algún consejo, si esa es tu situación, estás en pleno drama edípico y acabas de hacerle match a tu padre o a tu madre por error en una aplicación de citas.

Bórrate Tinder. Es más, quema tu teléfono, lávate con lejía, frótate los ojos hasta borrar esa visión, la última: tu padre, sin saber que eres tú, escribiéndote por el chat de la aplicación: “Ola guapa ke aces. Me llamo Jesús, pero mis amigos me llaman…”

Todo con tal de no hacerle match. Ese dedo, cuidado, no caigas en la tentación.

Pongamos que tu familia sigue entera, el matrimonio de tus padres no se ha roto y aún defiendes que la vida es un prado primaveral… sí, lo es hasta ese momento en que te pones a hacer scroll con el dedo y te encuentras a alguno de tus padres ligando en una app de citas con gente a la que le sacan veinte años.

No hay consejo que valga. Si tienes la confianza suficiente, deberías hablarlo con él o ella, y prepararte así para una cena familiar en la que vuelen los cuchillos. Por suerte o por desgracia, no te corresponde a ti juzgar y mucho menos reparar con parches los posibles problemas matrimoniales de tus padres.

Si tus padres llevan tiempo separados, siguen vivos y no han intentado atropellarse el uno al otro con el coche, me temo que tenemos malas noticias para ti. Tinder es una de las aplicaciones de citas más populares del mundo. Millones de solter_s la utilizan cada día para hacer una camada de gatos con otra persona, acurrucarse bajo las mantas, o sencillamente hacer la voltereta de la carne.

La psicóloga Verónica Rodríguez, psicoterapeuta y directora de Coaching Club, explica en el suplemento Papel el proceso que siguen las mujeres y los hombres divorciados (sí, tu padre o tu madre) cuando quieren rehacer su vida amorosa.

"Las madres separadas han logrado, a trompicones, entender y asumir los nuevos procedimientos para buscar pareja que suponen las redes sociales. [...] Es emocionalmente complicado para alguien que ha llevado un matrimonio complejo y está recientemente separada entender estos nuevos recursos. Se ven expuestas al juicio sumarísimo de sus hijos".

La experta relata que, con los padres, existe mucho menos juicio por parte de sus hijos. "No está tan mal visto que los hombres rehagan su vida con inmediatez. Desde la perspectiva masculina, está mucho más naturalizada la posibilidad de una nueva compañía sin que ello plantee una interferencia emocional en el vínculo con los hijos”.

Haz el favor de no ser tan edadista. Es normal que tu padre o tu madre se afanen desesperadamente por buscar el amor otra vez para no cortarse las venas en la bañera de casa. Asúmelo. Son seres humanos lastrados por el vacío existencial. Solo quieren una copa de vino y volver a decirle a una persona desconocida. “¿Subes a tomar la última?”

Una vez has asumido que todos tenemos derecho a rehacer nuestra vida amorosa, incluso la madre que te parió, puedes estrechar lazos con tu padre o con tu madre instruyéndoles sobre las fotos que más éxito cosechan en la aplicación.

“Padre, es hora de fotografiarte escalando”. “Madre, ¿qué te parecería hacerte una fotografía en la cima del Macchu Pichu acariciando la cabeza de una llama rumbosa”. “Padre, hazte una foto rodeado de gatos”.