Nos dejamos convencer por la ficción e idealizamos los momentos de intimidad. Las películas nos enseñan que sincronizar tus orgasmos con los de tu pareja, llegar a la vez, es algo habitual e incluso casi se considera sinónimo de estar profundamente enamorado. Esto puede hacer que nos planteemos algunas cosas, incluso cuestionarnos a nosotros mismos y a nuestras parejas.
La realidad nos muestra otra cara bien distinta y, por mucho que tengamos idealizados los orgasmos sincronizados, no serán más placenteros, ni sinónimo de una relación más sólida o un romance de esos que pasan a la historia; tampoco quieren decir que lo estemos haciendo mejor o peor.
Cada persona es diferente, tiene sus ritmos y alcanzar el clímax en el momento que le corresponde. ¿Quiere esto decir que es imposible llegar a la vez? Por supuesto que no, pero este no debería ser el objetivo final durante el sexo, que todos los involucrados disfruten, lo pasen bien y tengan una experiencia placentera parece bastante más importante.
Dicho lo cual, hay algunos consejos que podemos poner en práctica si lo que buscamos es llegar al orgasmo a la vez.
Es muy importante el autoconocimiento, para un orgasmo simultáneo, pero también para tener una experiencia sexual satisfactoria. Saber cómo funciona nuestro placer, qué necesitamos para excitarnos, qué prácticas nos gustan más y cuáles menos, nos acerca más a una sexualidad plena, tanto en soledad como en pareja. La masturbación se convierte en nuestra mejor herramienta para ello.
Es precisamente cuando estamos en pareja que tenemos que poner en práctica otro de esos esenciales, la comunicación. Esta funciona en ambos sentidos, tanto a la hora de expresar lo que nos gusta y nuestros deseos, como al escuchar lo que nuestro acompañante tiene que contar. También es clave para avisar si estamos cerca de ese deseado final.
Para conseguir un orgasmo simultáneo hay que trabajar de manera coordinada (entiéndase el concepto ‘trabajar’ de una forma libre), para conseguir que todos los participantes estén al mismo nivel, algo que no es demasiado sencillo, pues, como decíamos antes, cada persona tiene sus ritmos. Hay que estar pendiente de tu propio placer, pero también del de la otra persona, lo que puede resultar complicado llegados a cierto punto.
Así, además de trabajar la comunicación y dedicar nuestra plena atención a lo que estamos haciendo, también conviene buscar la mejor postura para conseguirlo, introducir juguetes y complementos eróticos en la ecuación si fuera necesario, intentar controlar el ritmo, frenando si uno de los dos está más cerca que el otro. Las miradas son clave, mirarse a los ojos puede ser útil, pero si hay un consejo que resulta útil, es no obsesionarse.
En ocasiones, estar demasiado centrado en conseguir sincronizar tu orgasmo con el de tu pareja puede dar lugar a frustraciones y presiones añadidas que nadie necesita durante el sexo, de hecho concentrarse en llegar al orgasmo a la vez puede incluso distraernos de nuestro objetivo. Si lo que deseas es acabar a la vez, estos consejos pueden ser prácticos, no obstante no conviene perder de vista que esto no tendría que ser un objetivo, solo una placentera casualidad.