El ser humano, al menos el que se entrega a su parte más perezosa sin culpa, no suele llevar demasiado bien la operación bikini. Somos capaces de idear cualquier tipo de método, lógico o ilógico, para quemar calorías sin pensar que tenemos que hacer deporte por obligación: escapar de la policía corriendo, nadar hasta la costa más rápido que un tiburón blanco, enterrar un cadáver a varios metros de profundidad y fingir durante años que nada ha pasado y hasta diseñar tablas de abdominales combinadas con posturas sexuales.
Por si no lo sabías, ya se ha demostrado que el sexo es una actividad tan placentera como práctica para mejorar nuestro estado de ánimo y quemar un remanente extra de grasa; incluso lo puedes plantear al revés; tener un orgasmo mientras haces ejercicio. Según cuenta un estudio de la Universidad de Montreal, hasta 70 kcal cada quince minutos de actividad (no cuentan esos minutos en que tratas de invitar a tu cita de Tinder a tomar un colacao en casa). Hay que saber quemar ese extra de carbohidratos, claro, pero todas las evidencias indican que es posible.
Estas son algunas de las posturas sexuales que más calorías queman
Te damos algunas ideas.
A cuatro patas, animalescamente y sin perder de vista las ventajas: una penetración más profunda; la doble estimulación, gracias la mano libre con la que la otra persona puede masajear dulcemente su clítoris o su pene, y un ritmo sostenido que el otro, colocado a su espalda, puede controlar a voluntad según caen los chorros de sudor, sobre todo en verano y con el ventilador apagado. ¿Qué importa caer desmayados con una embolia… perdón, un orgasmo memorable?
A la inversa, estaríais practicando el pegging, con ella llevando un arnés especial al que se acopla un dildo. Si eres chico y heterosexual, te recomendamos esta práctica para abrir el horizonte de tus prácticas sexuales. La próstata masculina esconde un reino mágico, aunque no te lo acabes de creer. Te sentirás como si hubieras descubierto el sexo por primera vez. No aulléis a la luna, tenéis vecinos.
Un clásico entre clásicos y apuesta segura desde que el mundo es mundo (si odias el coitocentrismo, entonces te recomendamos que pruebes otra)
Recomendamos acompañar el movimiento con algún diálogo dieciochesco. “Dulce señora, desenvainaré a continuación el mango para que cojáis la fruta del árbol prohibido”. “Vuesa merced, clavadme esa daga, ofrecedme vuestra catapulta enhiesta”. “Ahora me pondré desnudo sobre vos, me han contado que así se llega a Narnia”. Meteos en el papel, seducíos mútuamente con verbo y aprovechad, que la labia también quemará algún carbohidrato que otro.
Según un estudio plataforma GolfSupport, con estas dos posturas podemos llegar a quemar hasta 140 calorías. La amazona permite pasar por un entrenamiento involuntario de zonas como los abdominales o los cuádriceps, con una quema de 130 calorías. Él interviene menos, ya que es ella la que lleva la batuta. Aun así puede llegar a quemar hasta 50 calorías en ese estado de pura vagancia, sin moverse apenas.
Quizá te hayas levantado hoy con ganas de trabajar en tu jardín, pero no tienes ningún jardín, ni siquiera dinero para comprar un mísero ficus, así que le propones a tu pareja practicar la carretilla y ella o él accede. ¡Sonreid! ¡Es hora de sembrar!
Lo bueno es que, gracias al empleo de la fuerza y al hecho de que prácticamente sostenemos al otro en brazos, se pueden llegar a quemar más de 167 calorías. No hay sexo incómodo y torcido sin recompensa. Ambos trabajaréis varios grupos musculares a la vez: brazos, abdominales y lumbares.
Válida para ambos sexos. Hace falta fuerza en los brazos y un buen core de abdominales para sostener al otro en brazos y penetrarlo según el ritmo y la intensidad que ambos decidáis. La recompensa merece la pena. Se pueden llegar a quemar hasta 140 calorías.
Que esta postura es buena no lo decimos solo nosotros, sino la propia marca Durex en su página web.
“En las parejas heterosexuales, esta posición es perfecta para aquellas chicas que quieren probar ser más dominantes durante el sexo, ya que tienen pleno control del ángulo, la profundidad y la velocidad de cada movimiento. Por su parte, el hombre también está en la posición perfecta para explorar el cuerpo de su pareja. Con las dos manos libres, puede estimular los pechos de su chica o cogerla de las nalgas para empujar aún más profundamente, permitiendo un encuentro más salvaje y placentero”.
Como la silla requiere fuerza para mantener el equilibrio y sostener al otro, vamos sumando calorías que se van, adiós, adiós. De 120 a 150, dependiendo de la intensidad.
Otra postura que se asemeja a un entrenamiento involuntario de casi todos los grupos musculares, y además de una forma un poco más cómoda que otras. El hombre tiene que sentarse y doblar las piernas como si fuera a meditar, y ella colocarse encima rodeando su cintura con las piernas.