Seguramente tengas apetito esta noche, ganas de abrir la nevera a picar entre horas, y es porque estarás viendo a Samantha Hudson trastear entre fogones en la nueva y disputada edición de Master Chef Celebrity, programa donde es la reina absoluta del gag, el comentario afilado y la cara de estar sufriendo cuatro infartos de miocardio por no llegar a tiempo, antes de que suene la campana del contador.
El programa ha venido a corroborar lo que ya era un secreto a voces. Esta performer de lo trash, diva de dientes afilados, mocatriz en la cima de su verbo (hay que oírle hablar para saber que uno está delante de un cerebro privilegiado) y referente LGTBI se ha convertido en una de las personalidades más influyentes de la generación Z en España. Samantha jamás se calla, y gracias a Dios (con quien ella ha conversado y se ha dado algún que otro botellazo en la cara). En Yasss hace tiempo hablamos con ella.
Te arrojamos algunas curiosidades sobre ella.
Si al verla en Master Chef o los debates de PlayZ te parece que Hudson lleva rompiendo moldes toda la vida es precisamente porque ya desde que utilizaba su nombre de nacimiento (Iván González Ranedo) iba para mocatriz; una, esencialmente, que no seguía el camino recto de la institución que se le pusiera por delante. Mientras que en el colegio sus compañeros se limitaban a preparar números musicales prefabricados, ella decidió abrir camino y traer a su clase de Cultura Audiovisual su primera canción original.
Esa bomba fue ‘Maricón’, canción confesional a dos bandas, el amor a la propia identidad y a Jesucristo, y la que más tarde se volvería viral en plataformas como Youtube. Tan erizada de púas era la letra para algunxs que Hazte Oír emitió un pedo ultracatólico de protesta en su ciudad de nacimiento, se encendieron las antorchas de la censura y la plataforma de afectados por todo lo que no es Dios montó un auténtico sanedrín. El Obispo de Palma decidió excomulgarla. Ella lo contó en Twitter con orgullo. Seguramente, recibió esta nueva ‘bendición’ entre risas. Baile y copazo.
La noche, sus excesos y una madrugada de ir como las grecas llevaron a la performer al límite cuando vivía en Barcelona. Chocan sus palabras, cuando decide hablar del aprendizaje que supuso para ella, literalmente, caer del balcón de un segundo piso en la ciudad condal y acabar con varios huesos rotos y algunos dientes menos en el hospital.
"No me arrepiento de tirarme por un balcón borracha”, contó para Yasss hace un tiempo. “Yo creo que me vino muy bien. Puede parecer una locura, pero entonces estaba obsesionada con alcanzar el nivel de artista performer que vive de la noche. Yo era una niña muy ingenua y aquello fue un choque contra la realidad, y contra el suelo de manera literal, que me ayudó a darme cuenta de que las cosas no iban bien así, y que si mi vida no estaba funcionando en Barcelona, ¿para qué seguir allí?"
Estuvo a punto de no contarlo. Por suerte, sobrevivió.
Como toda obrera hecha a sí misma, y mucho antes de capitalizar la mirada de medio Internet, atraer a las polillas de la censura y pasarse varias veces el Super Mario de la vida, Samantha pasó por diversos trabajos precarios, desde vendedora de pizzas a servir menús y cafés en una cafetería madrileña, donde, según cuenta, se desenvolvía bien. “Yo era una de las mejores camareras, y nunca me quejaba ni nada. Pero, una vez más, me pudo la industria del espectáculo".
La lista de shows y colaboraciones de esta trashtivista es más larga que los salmos del gran libro de Job, una comparación que, suponemos, le gustaría. Además de participar en la edición de Máster Chef Celebrity, Hudson mantiene vivo un podcast con otro mito viviente, Jordi Cruz (‘Hoy, en Art Attack, vamos a pintarle un bigote a las Meninas”). Es ya una habitual de programas de referencia en debates sociológicos como PlayZ, donde enseña habituamente, con verbo, retórica e inteligencia, una de las caras más profundas e interesantes de ese dado lleno de multiversos que es su personalidad (y sus outfits locos y acharolados).
Por si fuera poco, su vida ha sido registrada en un documental dirigido por Joel Porcel, con récord de descargas en Filmin, y se la recuerda, vaya si se la recuerda, con su monólogo brutal en los premios Feroz del año pasado.
En lo musical le va de maravilla. Desde que saliera su primer disco, ‘Los grandes éxitos de Samantha’, su gusto por lo performativo, las letras petardas y provocadoras y la potencia musical de sus ideas han llamado la atención de Subterfuge Records.
Por suerte para todxs sus creyentes y haters, con su fichaje para la nueva temporada, MasterChef Celebrity ha recuperado el vigor y la espontaneidad de otras ediciones y se la librado de la tamizada nube de caspa que sobrevolaba sus emisiones dese que permitieron a Florentino Fernández escanciar sus chistes sobre ‘mariquitas’, un desatino que tuvo su eco en redes e hizo caer la imagen del programa bajo mínimos.
Si Samantha enciende las redes sociales, es porque las redes sociales la aman con fervor y esperan alimentarse con sus espadazos a la religión, las burla a las convenciones y, últimamente, la memoria histórica irreparada de nuestro territorio. En su último clip antifascista, ‘Por España’, llena su tema especial del 12 de octubre, Fiesta Nacional, de una mezcla de copla y bakalao y llama “sexy caudillo” a un trasunto del generalísimo Franco, para después rematarlo de un escopetazo en el vientre. No se ven tripas sanguinolentas de aguilucho, pero ojalá. Que nadie nos quite la ilusión.