Hace ya unos meses que hablar de Britney Spears vuelve a ser motivo de alegría, sobre todo desde que se ha conocido el desenlace de su larguísimo proceso judicial para recuperar su autonomía y escapar de la tutela judicial de su padre, un proceso torturante que la ha mantenido durante doce años secuestrada bajo la codicia económica del pater familias. Eso es, al menos, lo que opinan sus fans. Britney necesitaba ser liberada de su jaula judicial, y parece que por fin lo ha conseguido.
A la que fuera una de las grandes reinas del pop de todos los tiempos las cosas están empezando a irle bien otra vez. Ya en 2020 declaró que nunca había sido tan feliz, gracias, en parte, a su futura boda con Sam Asghari y su vida sentimental, estable como una roca.
¿Quién es realmente el futuro marido de Britney? ¿Cómo se conocieron? Te damos algunos detalles.
Asghari no es tan conocido como la cantante. Lo cierto es que sería bastante complicado alcanzar las cotas de popularidad de Britney o emular su figura e alguna forma. No obstante, este entrenador personal de 27 años (se lleva casi 12 con su prometida) puede presumir de haber conquistado a una de las personalidades más influyentes en la historia de la música pop con amor, cuidados y una fidelidad que está fuera de toda duda.
No hociquearemos en la mística del amor romántico para alabar las cualidades físicas de Sam, pero es evidente que las tiene: éxito, belleza y una profesión en auge, y apostaríamos a que le ha traído a Britney el desayuno de la cama un número de veces que oscila entre las 1000 y las 10.000. Chico diez, y un cuerpo que parece de mentira.
El futuro marido de la cantante es de nacionalidad iraní. Nació en Teherán. Su faceta profesional ha transitado dos terrenos relativamente cercanos. Por un lado, el casi-marido de Britney ha desarrollado una interesante carrera como modelo de cine y publicidad y bailarín en distintos videoclips, a la que ha sumado la faceta deportiva.
La pareja se conoció en 2016, precisamente cuando Sam bailó al son de un tema de Spears en el plató de un programa donde la cantante había sido invitada a actuar en directo. El tema en cuestión fue la canción ‘Slumber Party’. Se dice, se comenta, se rumorea que ligaron a la antigua usanza. Nada de match en tinder. Se gustaron casi al instante, y a ese crush en directo le siguió el intercambio de móviles para hacerse un shippeo en condiciones. ¿Habría emojis picantes? ¿Le escribiría Sam a Britney un ‘Give me baby one more time’, dándole de su propia medicina amorosa?
Tal y como aseguran varias fuentes, se tomaron su tiempo para volver a verse. CBS reveló que la cantante tardó casi cinco meses en escribirle por primera vez. ¿En qué estabas pensando, Britney?
La otra actividad principal de Asghari se centra en el entrenamiento personal y el diseño de planes de nutrición y alimentación a la medida de sus clientes, la mayoría de ellos, estrellas y figuras preeminentes de la escena social estadounidense y el mundo del cine y de la música.
La pareja lleva ya cuatro felices años de relación y se lo ha tomado con calma para preparar el sí quiero. No ha sido hasta el pasado septiembre cuando ambos han anunciado oficialmente su compromiso, matando para siempre los rumores que decían que la boda tardaría todavía un tiempo en soltar su puñado de arroz y su ramo por los aires.
Si para algo sirven los 26 millones de seguidores que Britney tiene en Instagram es para tenerlos actualizados al instante de cada nuevo paso en la relación, con un hito por encima de todos los demás. El pedrusco, un diamante y un anillo diseñados por Roman Malayev, que la cantante mostró a sus hordas de fans en Instagram con un escueto “¡No puedo creerlo!”.
En otra publicación, con un número de likes similar (varios millones), la diva del pop bromeaba con el papel tan importante que ha tenido su actual pareja en su vida y cómo su apoyo incondicional le han ayudado a seguir adelante en los malos tragos: “Este adorable imbécil ha estado conmigo durante los años más duros de mi vida”.