Ha llovido mucho desde que Lali Espósito nos dejara a todos con la boca abierta con su papel en ‘Floricienta’ y el mundo entero descubriera que se había estado perdiendo un talento de marca mayor.
Tanto ha pasado desde entonces que gran parte del público solo se queda con las últimas novedades en la vida de esta cantante y actriz que viene pisando fuerte desde sus primeros discos y apariciones en series del ámbito latinoamericano, y está bien que sea así, porque no para de sumar éxitos y nuevos retos profesionales. Jurado de La Voz en Argentina, papel protagonista en ‘Sky Rojo’, uno de los éxitos de Netflix y nominada a los Latin American Music Award. No son ni serán los únicos.
Si su vida amorosa también era motivo de discusión. Hasta hace muy poco, todas las miradas estaban puestas en su relación duradera con Santiago Mocorrea, esto también ha pegado un volantazo. Los últimos rumores parecen confirmar un cambio. Lali tiene nuevo novio, el español David Victori.
¿Quién es él y qué importancia tiene en la vida de esta ‘mocatriz’ que tanto nos fascina?
Victori, catalán de nacimiento, es de la quinta del 82, y perro viejo en el mundo de las series y el cine español. Ha trabajado desde muy joven con grandes nombres como Bigas Luna. Como casi todos los talentos que empiezan desde abajo, ha pasado discretamente por casi todos los oficios de la producción de cine, desde asistente a ayudante de dirección, recalando también en otras funciones invisibles pero necesarias en el proceso de producción de una película. Siempre son los directores los que se dan un baño de alfombra roja y Möet, pero las películas las levantan las guionistas, los directores de arte y hasta los técnicos de luces en sus tareas lentas.
En la primera década de los 2000, Victori se hizo fuerte en el mundo del cortometraje con varias piezas que se llevaron decenas de premios en festivales nacionales e internacionales, aunque la que le llevó un peldaño por encima fue ‘La culpa’, finalista del Festival de Venecia y competidor en la fase final del jugoso premio de aquel certamen. 500.000 dólares y mano tendida por la productora de Ridley Scott para rodar un nuevo proyecto, ‘Zero’. Lo ganó.
Desde aquel lejano 2008, Victori es un habitual en las quinielas de los talentos ocultos del cine español y se ha curtido como realizador y guionista en un buen número de películas y series distintas: ‘Pulsaciones’, ‘El pacto’, ‘No matarás’ (con tres nominaciones a los Goya) o ‘Sky rojo’, la última serie de éxito de Netflix, de la que ha dirigido cuatro capítulos y justo la que le ha llevado a los brazos de Lali Espósito.
Desde finales de 2020 lleva corriendo el rumor de que David y Lali mantienen una relación. Si bien es cierto que la actriz ha negado varias veces en público estar vinculada sentimentalmente con el realizador y ha mantenido siempre que solo son buenos amigos, los indicios y el síndrome del salseo de las redes y los fans dicen más bien lo contrario. Ella ya habló con mucho cariño de él cuando terminó el rodaje de la serie, algo que ya hacía sospechar que entre ellos había algo más. “Nos queremos mucho, nos llevamos muy bien. Es lo más, es un genio. Y estrenó una peli muy increíble que se llama ‘No matarás’”.
Aunque lo intentan, no pueden ocultar su amor. Los han cazado tantas veces juntos que ya es vox populi: sí, están saliendo, y, de hecho, ambos han cruzado el charco varias veces para verse, sorteando los distintos compromisos profesionales. Al parecer, Victori estuvo de visita en Argentina después de escaparse de un rodaje con Pedro Almodovar y visitó a Lali en su casa, según confirmó el periodista Guido Záffora: “Hace unos días, le sonó el timbre a Lali, abrió la puerta y era su amigovio, David”.
Lali publicó algunas fotografías de un viaje de varias semanas por en las cataratas de Iguazú, antes de regresar a Argentina para estar en el programa La Voz como jurado. Otra vez los cazaron acaramelados, corriendo por los pasillos del aeropuerto, maleta en mano. La actriz no está sola en este safari de placer por los misterios de la selva y todas esas ‘cosas de novios’ que se hacen en un viaje así: remontar el río en barca, tumbarse muy juntos en la hamaca y dejar que los mosquitos les coman vivos. Todo por el amor.