En tiempos de Twitter, viralidad y memes que se van de las manos, es habitual que miremos con lupa la vida de los famosos y tomemos cada uno de sus movimientos como algo que alimentará las calderas del chisme durante horas. Una de las cosas que pone a Twitter World a chismear de puro gusto son las operaciones estéticas que las estrellas se hacen, tan golosas desde el punto de vista ontológico.
A estas alturas nadie discute que ciertas figuras alcanzan la fortuna, la gloria y la mansión con jacuzzi al mismo tiempo que pierden el norte con los retoques estéticos. De las caras imperfectas con encanto pasamos a un paisaje pintado por un Picasso cirujano, pinchacito de Bótox más, pinchacito menos. Nos gusta mirar sus caras y preguntarnos: ¿Es ese labio gordo y jugoso un simulacro? ¿Quiere tener la nariz de Cleopatra y se ha llevado de premio la de Frankenstein?
¿Las inyecciones de ácido hialurónico con hilos de plata le van a permitir cumplir su sueño de convertirse en una barra de pan? Vale, estamos pensando en Mickey Rourke y un escalofrío nos recorre la piel. Siempre es mejor alcanzar la gloria en Twitter explicando qué es una motomami que incendiar la red social del pajarito porque te has pasado con el bisturí y ahora pareces un animal mitológico, como le pasó al actor Zac Efron.
Te contamos la polémica con sus operaciones de cirugía estética.
La que fue una estrella adolescente en High School musical y sueño goloso de muchas adolescentes por su físico privilegiado (actualmente, Efron uno de esos actores que mejor ha sabido reorientar su carrera hacia proyectos aparentemente más “serios”) engoriló a Twitter el año pasado cuando se publicó en redes un video suyo en el que parecía otra persona. A la red social no le pasó desapercibido que su cara lucía muy distinta. Podía verse, en general, una cierta hinchazón, los pómulos mejor esculpidos y los labios con una forma más estilizada.
Los jueces de Twitter nunca dictan sentencia con texto, sino con memes, y hubo una tonelada de imágenes, chistes y chascarrillos en torno al cambio radical de rostro del actor. Según la mayoría, ahí había trampa. El bueno de Zac tenía que haber ido a escondidas a la clínica con una petición: Doctor, hágame parecer un osito; póngame dos pómulos de juguete y labio de pitiminí.
Ya entonces surgieron distintas voces autorizadas que explicaron los posibles tratamientos a los que Efron podía haberse sometido para intercambiar su cara con la del ken de la Barbie. Entre otros, la armonización facial, pero no el único. La revista Cosmopolitan consultó a una experta para tratar de mapear todos los arreglos, encofrados y recortes que Zack llevaba encima a golpe de cheque bancario.
"Por la fotografía se puede apreciar que se ha hecho un poco de voluminización masculina porque me parece que tiene un poquito de proyección de mentón, y también de ángulo mandibular. Esto se hace con productos de relleno. Puede ser ácido hialurónico o Radiesse, pero está claro que tiene mucho más marcada la mandíbula y el mentón”, explicó la doctora Beatriz Estébanez, de la clínica Menorca, quien añadió que el labio del actor se veía más voluminoso por una posible infiltración, y que seguramente también se había pinchado la frente con un poco de bótox. Toda la palabrería médica no le sirve de nada a Twitter y a los haters del actor, que con poca empatía lo bautizaron como “el calamardo guapo” de Bob Esponja.
Otro cirujano estadounidense, Anthony Youn, explicó que la cara pantagruélica de Efron en el video de la discordia no tenía nada que ver con una operación estética, sino con una visita al dentista en el que podían haberle sacado las muelas del juicio. “Creo que se ha sometido a una intervención dental, no a una cirugía plástica. Por eso está hinchado (a lo largo de su mandíbula), si te han sacado las muelas del juicio, así es como saldrías”.
Al actor no le debió de hacer mucha gracia que lo compararan con un racimo de uvas, y pocas semanas después decidió publicar más fotografías en sus redes sociales para acallar a las voces que afirmaban que se había hecho el desembarco de Normandía en la cara. Con motivo de una sesión fotográfica para un proyecto benéfico, Efron sacó la artillería y desplegó un carrusel de imágenes de su cara en las que, por fin, volvía a ser el mismo de siempre y ya no parecía tan probable la cirugía masiva de labios y pómulos.