Cada vez vemos más lejos aquel enero de 2020 en el que, a pesar de que siempre hay un pesimista que pronostica que el año será una mierda, teníamos un montón de ilusiones que se diluyeron cuando, el 14 de marzo de 2020, se declaró el estado de alarma y se nos obligó a permanecer encerrados en nuestras casas. Ya casi han pasado dos años de aquello pero todavía no hemos vuelto a la normalidad. La pandemia ha cambiado nuestra forma de vivir y relacionarnos, tanto como para afectar a la venta de preservativos a nivel global.
El 10º Barómetro de Control, marca de bienestar sexual especialista en preservativos, llamado “Los Jóvenes y el Sexo”, afirma que los jóvenes españoles están muy satisfechos con su vida sexual. Según las respuestas de los encuestados, el 30,8% de los españoles practica sexo de 2 a 3 veces a la semana, el 28% una vez a la semana y tan solo un 3% todos los días.
Sin embargo, a nivel global los datos son otros. En un artículo publicado por BBC News el pasado abril de 2021 ya se adelantaba que la pandemia había dañado nuestra vida sexual. En él se recogen estudios realizados en varias partes del mundo con resultados similares: mientras que en los primeros meses de pandemia las parejas experimentaron un aumento del deseo, con el paso del tiempo el estrés, el miedo y la incertidumbre hicieron mella en nuestra salud mental, disminuyendo nuestro apetito sexual.
A esto se suma el desplome en bolsa de la empresa Karex, con sede en Malasia, que fabrica el 20% de los preservativos vendidos a nivel mundial, entre ellos los de la marca Durex. La venta de sus productos ha caído un 40% en los dos últimos años, provocando, también, la caída de un 18% de sus acciones en bolsa.
Goh Miah Kiat, CEO de Karex, presentó un informe evaluando la situación y achacó la caída de las ventas a múltiples circunstancias, todas ellas relacionadas con la pandemia de coronavirus: según su análisis, la principal razón es que los grandes compradores de preservativos son los Gobiernos y las ONGs, y en los dos últimos años han tenido que dedicar sus presupuestos a otras necesidades, como la compra de mascarillas o vacunas.
Además, también hace referencia al cierre de hoteles, y, de alguna manera, la falta de espacios donde practicar relaciones sexuales, ya que invitar a alguien a casa ya no se considera seguro. Por todo esto, la empresa está haciendo un cambio sustancial en su producción, adentrándose en el negocio de la fabricación de guantes médicos.