“Hijo de”, “Hermana de”, “Sobrino de”… el mundo del artisteo cuenta con varias parejas de herman_s con éxitos desparejos. Algunas suenan y otras agua (subterránea) llevan, como es el caso de Nathy Peluso, una artista que nos encanta y de la que no mucha gente sabe que tiene una hermana con un talento tan potente como ella, la rapera Sofía Gabanna.
Las Peluso lo petan, cada una en su estilo y con su particular legión de seguidor_s en las redes sociales. Nathy es una cantante sensacional, además de una artista necesaria que promueve el body positive y los eslogans con pegada en las letras de sus canciones. “Mi cuerpo, mis reglas”.
Sería injusto comparar a una de las hermanas Peluso en términos de popularidad y entregarnos al salseo más superficial. Mejor fijarse en el talento de ambas. Si Nathy ha llegado al estrellato con solo 26 años, Sofía ha ido poco a poco abriéndose camino en el exclusivo mundo del hip hop y el rap underground.
Los nuevos sonidos urbanos han encontrado en Sofía Gabanna una figura que sabe mezclar lo nuevo con lo viejo: RnB, denbow, boom bap y mucho del rap clásico de los noventa. Tiene claro que le debe mucho a la feliz elección de su nombre artístico, una manera de separar su vida personal de su personalidad artística y así poder desarrollar un alter ego convincente en la escena musical alternativa. Como explica a El Planteo, hay dos Sofías, que son una sola, con una identidad privada que nunca se disocia del todo de la autoral.
Al igual que muchas otras compañeras de generación (Santa Salut, Ptazeta, Gablyn), sus temas oscilan entre una poesía rimada del empoderamiento y el acento en los asuntos calientes y reivindicativos propios del género. “Me quedo reprimida en un bucle de incisos que no me dejan avanzar hacia yo sola me indico” (‘Twister’)
Sus letras son oscuras y con acentos claros en los temas clave del rap, reactualizados: identidad, antirracismo, feminismo y antifascismo. “Me contagiaste la rabia, quiero que te vayas, esto acaba de empezar y ya eres un fraude más”, canta en ‘No hay rencor’, con casi un millón de reproducciones en Youtube.
Gabanna está considerada una de las grandes promesas del rap argentino (y español, no olvidemos que las hermanas Peluso llevan ya una década viviendo en España). Su música lleva la herencia de referentes como Violadores del Verso, Nach, Canserbero, Kase O o Public Enemy. En su casa, desde niña, la música era parte indispensable de la vida familiar. Viene de sus padres, que no le hacían ascos a ningún género. Desde la salsa y la bachata al blues, la casa de las Peluso sonaba, y sonaba bien, tanto que Sofía ya empezó a interesarse por el hip hop desde muy pequeña. Su hermana Nathy le abrió el camino. “Yo la escuchaba escuchar (hip-hop y rap). Iba yo sola y buscaba, y me atrapó desde que lo escuché”.
Y si de lo que se come, se cría, en el caso de Sofía ella tiene claro, como cuenta en diversas entrevistas, que lo que se llevó del género que ahora domina es la poesía y la potencia de la lírica, las letras llenas de contenido y mensaje. “Me atrapó”, cuenta, y casi enseguida se hizo la pregunta fundamenta: ¿Podría llegar a transformar sus pensamientos en una base?
No cree deberle nada al mito romántico de la inspiración. Gabanna ha contado en diversas entrevistas que se obsesiona hasta tal punto con la perfección que nerdea, ensaya y estudia la letra hasta que puede estructurar la canción en la que esté trabajando de una forma cada vez más limpia. Estudiar la métrica y aficionarse a la poesía le ha ayudado a conseguir una identidad propia en el terreno del rap. De su obsesión dice que nunca para de aprender, y que esa esa la base de su progreso. “Es un caminar y nunca llegar, pero me gusta”
Dicen que su voz tiene tintes melódicos muy atractivos y un gran conocimiento del R&B, que le permite adoptar varios registros distintos, todos con igual maestría. Puede marcarse un beat a la antigua usanza, lo mismo que rapear con una base llegando a unos niveles de calidad muy altos, aunque lo importante de su arte reside en la personalidad con la que encara cada tema que saca. Tiene flow, dicen, mucho. Ritmo, presencia, buenas letras y una técnica que se reconoce enseguida.
Su caso es muy interesante. No es una de esas raperas con un disco del que presumir. Su éxito se lo debe a plataformas como Youtube, donde ha publicado los 8 temas que le han ido abriendo camino en el complicado mundo del rap y la escena independiente.