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Soñar que vuelas, que pilotas un avión o que vas en el pasaje: muchas teorías, diferentes significados

  • Este sueño suele interpretarse como el deseo reprimido de tomar un nuevo rumbo en la vida o emprender nuevos proyectos

Cada vez que astrólog_s, psicoanalistas o redactores digitales mal pagados predicen el significado de un sueño o la ausencia de uno para su audiencia, en alguna parte, un terapeuta cognitivo conductual abrazado a sus pruebas empíricas llora como un gatito: “¡No lo digo yo, lo dice la ciencia! ¡Antes me mato que creer en relatos magufos!”.

Sin embargo, aquí estamos, reconociendo nuestro gusto por el salseo psicoanalítico y el caldo tibio del subconsciente, arrojando los dados de la hipótesis para conectar cuáles son las diferentes interpretaciones de uno de los sueños comodín que todo hijo de vecino ha tenido alguna vez: soñar que nos despegamos del suelo, que volamos, que planeamos en libertad por un espacio inmenso vacío. Es tan normal como soñar que se nos cae el pelo o los dientes. Una maravilla, el subconsciente.

¿Tiene algún significado especial soñar que emprendemos el vuelo? ¿Es malo? ¿Es bueno?

Y volar, y volar, y volar, a secas

Como te imaginarás, el significado de un sueño nunca es literal. Los sueños siempre proponen un juego de equivalencias, y plantean las preguntas que nos inquietan en forma de artefacto cifrado en el inconsciente (soñar que vuelas y que cacareas; tener una pesadilla en la que tu jefe te pide que hagas de poni y, juntos, trotáis bajo las mesas del coworking). El sabio diría: no quieras saber, déjate ir. Lo único, mejor si vas al baño antes.

La primera de las interpretaciones de este sueño se refiere a una modalidad muy común: soñar que despegamos del suelo agitando mucho los brazos. Pero mucho, ¿eh? No un poco, mucho, con la fuerza de tus clases de zumba. Con más impulso, criatura. ¿Es un pájaro? ¿Es un avión? No, eres tú, impulsad_ por el deseo de saber por qué de pronto pareces una gallina, y ya estás por los aires, no hay vuelta atrás.

Ciertas interpretaciones psicoanalíticas cuentan que esta forma de volar en sueños está relacionada con el deseo de ser libres, de destruir las ataduras y de conectar con esa parte rumbosa de nosotros que todavía necesita deshacerse de ciertas cadenas. ¿Qué cadenas son esas? Depende. Puede ser que tu madre te siga haciendo la comida y sea hora de aprender a hacer lentejas o empresas, digamos, mayores: irte a un país donde pagues menos impuestos y un mayordomo te recorte las durezas de los pies.

Volar sin volar

Otra modalidad es la de soñar que vuelas pero en realidad nadas y braceas. Quien planteó esta posibilidad no tenía el mejor día y habría que invitarle a una cerveza. Un lío. En este caso, quienes saben de estos asuntos (y se hacen perfecta la raya del ojo, y susurran en idiomas desconocidos a los dioses oscuros) cuentan que estos soñadores con síndrome del anfibio quieren lograr una meta, y por eso bracean, porque les está costando avanzar en esa tarea. En sí, es una buena excusa para no ir a trabajar: ‘Mirad, es que esta noche he estado haciendo cuarenta largos piscineros en mis pesadilla. No estoy bien”.

También hay otra interpretación para esos soñadores que se ven a sí mismos volando, pero esta vez, a los mandos de un avión. Cuentan que esto es una manifestación de nuestro deseo de conocer nuevos lugares. Cocos y daiquiris en Papúa Nueva guinea. Atardeceres con tu crush. Morreos adolescentes en París mientras masticas un cruasán recién horneado y te aguantas el pis para salir mejor en el selfie. Todo un sueño para el individuo urbanita con las hechuras del lifestyle perfecto. ¿Tú quisiste ser piloto alguna vez y ahora lloras por las noches con tu trabajo millennial mal pagado? Este es el sueño que necesitas. Tener tu propio avión, y utilizarlo. Para los megalómanos, un consejo: soñad con aeropuertos. Os aseguramos que también alguien ha analizado ese tipo de sueño.

A estas alturas ya me he comprado una túnica sagrada y sé curarte de lo tuyo frotándote con piedras. Solo me ha hecho falta bucear en las mazmorras y catacumbas de internet para entender qué significa la última modalidad: soñar que te caes mientras estás volando. Sorpresa: significa que algo te inquieta o te preocupa, que tienes miedo e inseguridad, y la forma que tiene tu inconsciente de decírtelo es colocarte a 10.000 metros de altura y dejarte caer.

Ya lo dijo Jung en alguna de sus juergas espirituales. La vida psíquica secreta, la vida mejor.