"Practicar el sangrado libre me permitió escuchar mejor mi cuerpo y diferenciar lo que me gusta y lo que no", explica Julieta Sagüés Molé, emprendedora, formadora y terapeuta en técnicas de liberación y expresión corporal. Después de aprender a liberar su 'luna' (nombre que se le da a la menstruación por su similitud con el ciclo lunar), ella ahora se dedica a contar su experiencia y a animar a otras mujeres a que pongan este método en práctica. En Yasss hemos hablado con ella y con Myriam Peña Sánchez-Garrido, creadora de la Escuela de Mujeres y experta también en 'free bleeding', para que nos cuenten mejor en qué consiste el sangrado libre y los mejores tips para todas aquellas mujeres que quieran ponerlo en práctica.

Para Julieta, practicar el 'free bleeding' o sangrado libre fue el "despertar de su cuerpo", ver que había una nueva forma de ser mujer en este mundo y que, por mucho que al principio "pintase" sus piernas o la ropa, solo hacía falta paciencia para aprender a poner en práctica el método y a conocerse mejor.

Practicar el sangrado libre para ella es algo más que dejar a un lado la copa menstrual, los tampones o las compresas. Tampoco es manchar, "porque eso es poner algo sucio y la sangre menstrual de cada una, no es sucia ni tampoco es dejar sangre por todas partes", que es el argumento principal que ve por parte de los haters en las redes.

El significado para Julieta del 'free bleeding' va por otro lado. Más allá de poder ser una reivindicación feminista o ecologista, el sangrado libre para esta terapeuta es poder tomar el control de una misma y este empieza por el momento de la menstruación. ¿Por qué ese aspecto en concreto y no otro? Básicamente por el tabú que gira en torno a la regla. "Hemos naturalizado lo de menstruar en silencio, en utilizar los productos que hay en el mercado cuando lo verdaderamente natural para la mujer es el sangrado libre y amar nuestra menstruación", explica a Yasss.

Hay temas que no se tocan o que por ellos se pasa de puntillas y este, a su juicio, es uno de ellos. Lo dicen de manera subliminal los anuncios de compresas y tampones donde la sangre es de color azul y todo está lleno de tonos blancos y de nubes. A través de la publicidad se ha generalizado la idea de que la menstruación "es algo sucio que hay que tratar de esconder. ¿Por qué ese miedo al color rojo?", lanza esa pregunta al aire. Con su proyecto #LiberaTuLuna está enseñando a las chicas a reconocer el poder de la vagina para que abracen su sexualidad por completo.

Sin embargo, antes de saber evacuar la sangre cuando una quiere, hay que quitarse miedos y, en muchos casos, desaprender lo que se ha marcado como 'normal' a las chicas desde niñas. ¿Qué es lo que se enseña cuando nos viene por primera vez la regla? Myriam Peña Sánchez-Garrido, autora de 'La mujer oceánica' y creadora de la Escuela de Mujeres explica que "desde pequeñas se nos enseña que la menstruación es un desecho que no podemos controlar y del cual debemos desprendernos rápidamente. Para ello, la industria pone a nuestro servicio una serie de productos que resolverán este 'problema': una especie de pañales para recoger dicho 'desecho'".

En su caso, tras diagnosticarle el virus del papiloma humano, decidió desaprender muchas cosas que había asumido como ciertas en relación a ser mujer, entre ellas, la forma de vivir su menstruación. Sin saber lo que era en ese momento el sangrado libre se dedicó a observarse y hubo un detalle que no se esperaba por lo que siempre se había dicho de la regla: "Me di cuenta de que cuando menstruaba, no sangraba todo el rato, no somos como se ha dicho una fuente que mana sangre continuamente. Y, sin pretenderlo, empecé a detectar el momento previo al sangrado. Fui así jugando con esta sensación mes a mes hasta adquirir un verdadero control de mi menstruación". En ese momento Myriam explica que descubrió a "su yo interior" y desde entonces no ha parado de aprender de él.

Además de compartir su experiencia personal, Myriam nos explica que hay testimonios de comunidades, tanto antiguas como presentes, que al vivir más en conexión con la naturaleza y no disponer de productos para recoger su sangre menstrual han aprendido a vivir este proceso con total naturalidad. Ello, ha dado lugar, a que las mujeres aprendan a retener su menstruación dentro de sí y a evacuarla cuando lo consideren. ¿Y cómo se hace esto?

Pues tanto estas terapeutas como los centros especializados en "enseñar a escuchar a nuestro cuerpo" coinciden en que con un conocimiento básico de cómo funciona nuestro útero al menstruar y con un poco de práctica, se consigue, ¡así de simple!

Ponen como ejemplo la forma en la que aprendimos de pequeñas a sentir el aviso de que nos tocaba ir al lavabo y, teniendo esa sensación en mente, lo que toca ahora es trasladar eso mismo al concepto de sangre menstrual. Hay 13 oportunidades al año para poner el sangrado libre en práctica. ¿Qué se suele recomendar sobre todo al principio? Julieta Sagüés Molé señala estos puntos que son los que recomienda al principio:

Lo principal que recomiendan es estar tranquila esos primeros días y en casa el mayor tiempo posible para poder observar e ir descubriendo cómo se abre nuestro útero puntualmente para evacuar la sangre hacia fuera. ¿Y qué pistas nos da nuestro cuerpo de que 'se abren las compuertas'? Las que Myriam Peña Sánchez-Garrido enseña en su Escuela de Mujeres, a la que se ha sumado ya la cantante, compositora y actriz Julia de Castro como alumna, son: "estar atenta a qué sensaciones se presentan en tu cuerpo, en tu útero, en tu bajo vientre, para darte cuenta cuál es el momento óptimo. Será posible notar una pequeña contracción, así como un deseo de vaciar, de ir al baño y dejar que vaya esa sangre".

Al principio aconsejan el llevar una compresa (si se quiere tener más seguridad) o quitarse la ropa interior directamente; otra opción es ponerse un vestido o una falda con la que estar bien cómodas, pero sí poner debajo una toalla para sentarse o al tumbarse sentirse más seguras.

Otro consejo que da para empezar, es "beber abundante agua que te obligue a ir a hacer pis más a menudo". ¿Qué se gana con esto? La respuesta es que así se observa si sale la sangre con más facilidad cuando se va al baño y se relaja la cavidad pélvica. El kit de la cuestión está en aprender a leer los avisos que da el cuerpo antes de proceder a la evacuación. No funciona de la misma forma en todas las mujeres. Según Myriam unas sí que notarán la contracción del útero y a partir de ahí tendrán unos segundos/minutos para ir a vaciar la sangre al baño conscientemente. "Hay cierto tiempo de margen", insiste.

Otras notarán como un cierto peso que se va moviendo en dirección descendente o una sensación de "necesito vaciar inminente". En cualquiera de los casos, de lo que se trata es de aventurarse, experimentar para terminar por sentirse "más poderosas y llenas de amor que nunca", que es una consecuencia directa del sangrado libre en el que coinciden ambas terapeutas.