Si hay un outfit que siempre ha caracterizado a los turistas más guiris ha sido precisamente éste: el de llevar sandalias con calcetines. Pero esta moda que llevamos años ridiculizando amenaza con convertirse en tendencia. Los más jóvenes están cambiando su forma de verlo, por eso, queremos romper los estereotipos y contarte las virtudes de esta combinación, ahora que se ha puesto de moda.
Para empezar, en este caso es importante dar unas lecciones de historia para comprender el origen de esta combinación de prendas que lleva décadas siendo criticada. ¿Por qué se empezó a usar? Básicamente por su gran utilidad, y ahora vas a entender el porqué.
Para ello, tenemos que remontarnos más de 2.000 años atrás, a tiempos de Calígula, cuando los legionarios romanos calzaban unos botines abiertos amarrados al tobillo, que tenían la suela claveteada (las clásicas 'sandalias romanas') y -¡oh, sorpresa!- las llevaban con calcetines.
Con esta combinación mágica aguantaban kilómetros de caminatas que podían durar días, luchaban, entrenaban, corrían… Digamos que era el calzado deportivo de la época. Eran capaces de recorrer senderos irregulares y montañosos gracias a las sandalias con calcetines, que se adaptaban perfectamente al terreno, y gracias a sus calcetines no sufrían rozaduras. Además, la tela les protegía de las bajas temperaturas, mientras que sus pies se ventilaban mejor que con un zapato cerrado. Era su alternativa a las botas de travesía y les daba muy buen resultado.
Y si ellos valoraban tanto estos complementos, que se convertían en su combinación ganadora, ¿por qué nosotros lo odiamos tanto? Pues, evidentemente, porque no son demasiado favorecedores, pero todo es acostumbrar a la vista, como nos ha ocurrido con tantas prendas de ropa, que hemos terminado amando gracias a la moda y las tendencias.
Si algo nos demuestra esta historia es que las chanclas con calcetines son estupendas compañeras de viajes, sobre todo si vas a pegarte buenas pateadas, y es por eso por lo que se pusieron de moda en el siglo XIX, cuando los turistas del romanticismo también las elegían para recorrer Europa mientras abrigaban sus pies. Puede que en España no terminemos de acostumbrarnos precisamente por eso: porque nuestros veranos son tan cálidos que no necesitamos cubrir nuestros pies de más porque nos sudan.
Las teorías parecen confirmar que lo de ponerte unas sandalias con calcetines viene a ser como lo de salir a la calle en entretiempo: que te llevas varias capas de ropa, una chaquetita y un pañuelo para el cuello por si refresca, pero con la posibilidad de ir quitándote todo y llevándolo en la mano si sube la temperatura, porque no sabes qué tiempo va a hacer. Y como los pies son cruciales a la hora de regular la temperatura del cuerpo, esta tendencia te amplía las opciones. Protegido, pero no mucho.
También hay quien considera que utilizar zapatos con los pies descalzos no es higiénico, y que hay que cuidar mucho más los pies en verano que en invierno, al llevarlos descubiertos, porque se estropean más, y esto es un hecho, así que tú eliges.
Los primeros vestigios de esta cuestionada moda que se han encontrado fueron hallados en una excavación en el enorme templo romano de Southwark, cómo no, en Gran Bretaña (aunque los alemanes también son muy de llevarla con orgullo), de donde provienen los mayores defensores de vestir calcetines en época estival. El descubrimiento de un pie de bronce que parece lucir un calcetín bajo las sandalias disipó muchas dudas sobre el origen de esta tradición. Al parecer, ese pie podría haber pertenecido a una estatua de algún emperador romano, o del Dios marte Camulus. Y todo apunta a que la razón por la que empezaron a llevar en Reino Unido fue para protegerse del horrible tiempo y el frío que hacía en la antigua Britania (bueno, y en la actual también, para qué engañarnos, solo que ahora tenemos más opciones).
Así que ya tenemos a los romanos, a los británicos y, para terminar el trío de ases (aunque seguro que nuestro tándem protagonista tuvo más adeptos en otras culturas) vamos a mencionar a los egipcios. También se han encontrado pruebas de que se subieron al carro de esta maravillosa opción estética, ya que en más de un yacimiento se han descubierto sandalias con fibras textiles, e incluso algunas prendas que son muy similares a nuestros calcetines.
Pero sí, lo reconocemos, todos estos ejemplos son muy antiguos y esto parece confirmar lo que muchos opináis de vestir como un guiri: está totalmente demodé.
Pues estáis muy equivocados, porque desde hace un par de temporadas, las firmas de moda de mayor prestigio y las celebrities más imitadas han comenzado a rendirse ante la evidencia: las chanclas con calcetines molan. Aunque, por supuesto, no de cualquier manera. Lo de hacer una versión renovada siempre ayuda a reconciliarse con los grandes denostados de la moda, sobre todo cuando los visten grandes estrellas que son capaces de convertir en tendencia hasta su forma de respirar.
Y precisamente por eso lo de llevar chanclas con calcetines está de moda entre los jóvenes, que han abrazado este clásico gracias a la pericia de Louis Vouitton, Gucci o Bottega Veneta, que han lanzado sus propios diseños con esta combinación, vendiéndolos por cantidades de dinero astronómicas. Pero si no te llega el presupuesto, siempre puedes optar por las cangrejeras de toda la vida con los calcetines blancos con su rayas azul y roja: clásicos que siempre están disponibles.
Y de las pasarelas, a los famosos, grandes referentes de la moda: Kylie Jenner, Justin Bieber, Rihana, Miley Cyrus o David Beckham se han dejado ver de esta guisa. Los más deportistas suelen optar por lucir sus Adidas 'Adilette' con calcetines blancos después del entrenamiento, como si fuese lo más normal y trendy del mundo.
Y si es verdad que la tendencia de sandalia con calcetines tiene especial éxito entre los hombres, son muchas las personas que las llevan y, además, presumen de ello. Si no te lo terminas de creer, puedes buscar el hashtag #socknslides para emborracharte de estilismos totalmente guiris, porque la moda está para eso: para ir a contracorriente, llamar nuestra atención y conseguir que amemos lo que siempre habíamos criticado.
Así que, abiertamente, podemos anunciar que lo de llevar chanclas y calcetines está oficialmente permitido.