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Devengos, IRPF y por qué uno cobra menos de lo que espera: la importancia de entender la primera nómina

  • La nómina, ese documento que recibe cualquier trabajador a final de mes, nunca es sencilla de entender.

  • Devengos, IRPF, base de cotización... en Yasss te contamos cómo interpretarla.

Primer trabajo, primera nómina. Después de un mes currando y adaptándote a un entorno laboral nuevo, por fin llega tu recompensa: un ingreso en tu cuenta y un papelito adjunto que explica a cuento de qué has recibido esa cantidad de dinero. Después del subidón que da ver tu sueldo, abres el documento con curiosidad, pensando que va a ser sencillísimo de entender (no es un concepto complicado: yo trabajo y tú me pagas) y te encuentras, en una sucesión de filas y columnas, con decenas de palabras de las que no has oído hablar en tu vida. ¿Qué es el IRPF? ¿Por qué estás cotizando con esa base a la seguridad social? ¿Y qué leches es un devengo?

La nómina no es un documento sencillo de entender: algunos buscadores estiman que casi la mitad de los españoles tenemos problemas para explicar los importes que aparecen en ese papel, pese a ser uno de los más importantes que puede recibir un trabajador. Parece que, con tal de recibir el sueldo, nos da igual bajo qué concepto sea. La verdad es que eso puede ser un problema: para entender el valor que le da una empresa a nuestro trabajo y poder mejorar después las condiciones, además de entender nuestros derechos y deberes como ciudadanos, es importante entender qué retenciones y extras se aplican.

El dinerito, siempre

La nómina es el recibo mensual que recibe cualquier trabajador según su cargo y funciones. En ella se muestra el salario que le corresponde y todas las deducciones o ingresos extra que puedan aplicarse a su caso. El resultado final de esa cuenta es tu salario neto, pero lo que tú habrás hablado durante la entrevista o negociación seguramente sea el salario bruto, que es la paga que te corresponde, pero sin retenciones.

Este documento suele partir del salario base anual (es decir, el sueldo anual acordado entre el trabajador y la empresa dividido en el número de pagas que percibirás a lo largo de 12 meses) para después añadir los complementos salariares (los extras que te corresponden a cuenta convenio, por trabajador nocturno o la peligrosidad del puesto, por ejemplo), las primas de productividad, horas extra y salario en especie, que son percepciones no monetarias, como un coche de empresa o tiques restaurante. A esa suma se le añaden otras percepciones no salariales, como gastos de viaje o prestaciones.

Todo ello constituye los devengos, que es la cantidad total que cobras y el detalle de los distintos conceptos. A estos habrá que quitarle las deducciones, que son las retenciones que aplican en tu nómina, como los anticipos, el Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas (IRPF) y la cotización a la Seguridad Social.

Aclarar conceptos

El IRPF y la cotización a la Seguridad Social cambian, dependiendo de lo que hayas hablado con tu empresa y de sus decisiones como empleadores. Por ejemplo, la retención del IRPF, que es un impuesto personal y directo que grava la renta percibida en un año natural de trabajo para todas las personas físicas en España, depende de cada trabajador y sus circunstancias personales. Hay ciertas categorías, como explica la web de la Agencia Tributaria, que pueden determinar esa retención, como el estado civil, los hijos o el tipo de contrato.

La cotización a la Seguridad Social está ligada al salario, así que, dime cuánto cobras y te diré cuánto cotizas. Esto suele ser la norma, pero en el caso de los autónomos, ellos pueden decidir qué porcentaje de su sueldo se destina a la cotización. Ahora bien, esto puede llevar a problemas: cuanto más alto cotices (esto es, más dinero des mensualmente a las arcas públicas), más pasta percibirás al final en otros conceptos, como la pensión o la prestación por desempleo.

La cuota de la Seguridad Social depende de tu salario y de las contingencias que cubra. Por norma general, cotizas por las contingencias comunes, las horas extra, los accidentes de trabajo o enfermedades profesionales, el desempleo y la formación, aunque, como ya hemos dicho, también sirve para calcular la pensión pública. Los límites a pagar los indica el Estado, marcando unas bases de cotización máximas y mínimas que dependen, entre otras cosas, de cada categoría profesional. Por ejemplo, con el salario mínimo de 2020, que asciende a 13.300 euros en 14 pagas, a la Seguridad Social habría que abonarle 844,50 euros en 12 pagas; algo así como 70 euros mensuales.

En cualquier caso, todo esto se puede aclarar pidiendo cita con la Seguridad Social o haciendo una llamada al departamento de Recursos Humanos de tu empresa, que podrá aclararte todos los términos de tu nómina. Nunca te quedes con dudas sobre por qué ingresas cierta cantidad o cuáles son tus derechos: todo está en tu nómina, ¡solo hay que dejar todo más claro!