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Cuidar la forma y el contenido: firmar la carta de motivación perfecta está en manos de uno mismo

  • Una carta de motivación te distingue del resto de candidatos a un empleo o beca. En Yasss te damos las claves para que escribir una redonda.

Echas un vistazo a la convocatoria de becas y empleo de tu centro de estudios y encuentras una oferta que encaja perfectamente contigo. ¿Nivel de estudios? Sí. ¿Idiomas? Por supuesto. ¿Proactivo, ganas de trabajar en equipo? Claro. Perfecto: “adjunte en un mail su CV y una carta de motivación”. Espera, ¿qué?

Las cartas de motivación nos traen a todos de cabeza, sea para lo que sea. Se trata de un documento en el que te presentas brevemente y expones por qué eres el mejor candidato para una oferta, bien sea laboral, bien académica o de cualquier otro tipo. ¿Cómo definirse en 500 palabras, si hay gente que pasa años a tu lado sin llegarte a conocer? Contando solo lo que tu futuro empleador o tutor tiene que saber.

Ya sea porque quieres optar a un puesto de empleo, porque necesitas optar a una beca o, en general, porque buscas distinguirte de otros candidatos a lo largo de un proceso, en Yasss te traemos las claves para triunfar con tu carta de motivación. Allá va.

El formato importa

Investiga antes de sentarte a escribir la carta: descubre cosas sobre la empresa, lee cartas de motivación de otros… si es una beca, puedes echar un vistazo a la trayectoria de los ganadores de años anteriores. No como un acosador, sino como alguien con genuino interés en la oportunidad: así, podrás ver qué puntos valoraron en convocatorias más antiguas y destacarlos en tu candidatura.

Antes de empezar con la carta, piensa qué quieres decir de ti. ¿Prefieres destacar tu carácter o tu experiencia? Una vez tengas tu ‘lista de la compra’ léelo pensando que eres un reclutador que va a leer decenas, cientos de cartas de motivación, y trata de rechazar los rasgos más típicos o cargantes. Si no aporta información, no lo incluyas en tu texto.

Escribe una carta formal y enfoca tu presentación en función de lo que necesites. Si tu carta de motivación es formativa, céntrate en tus logros académicos y en tus intereses, y si tu carta es laboral, destaca tu experiencia y carácter. No escribas una carta muy larga y marca una estructura clara: una presentación, una propuesta y explicación que convenza a quien lo lea de que tu candidatura es la mejor y una conclusión que termine de amarrarle.

Las claves para triunfar

Intenta ser breve y conciso, pero no divagues en tu carta. La economía lingüística es fundamental aquí: dentro de que sea una carta formal, no te pongas estupendo ni te líes a añadir palabras bíblicas que no usarías en un mail con un profesor, por ejemplo, y retira toda la información que no sea fundamental para tu candidatura. Cada palabra es importante: no las malgastes ni las pongas al tuntún.

Tampoco escribas párrafos interminables ni cuentes más de lo que debes. Define tus habilidades y proyectos tratando de ser constructivo, destacando qué harías si consiguieras el puesto. La idea es que, en unas pocas líneas, puedas captar su interés, pero si la carta es muy larga, corres el riesgo de perderla antes del final. Explica los puntos que te atraen del puesto o la beca y destaca qué puedes aportar tú si consigues el puesto. Aunque no es sencillo, intenta ser original.

Lo hemos dicho ya, pero cuida la forma de la carta en todos los sentidos: desde la tipografía hasta los márgenes, pasando por la puntuación. Una candidatura mal presentada puede ser rechazada porque no entra por los ojos: cuida la simetría y el tamaño de los párrafos.

El truco definitivo es, como ya hemos dicho, ponerte en el lugar del reclutador, sea este un empleador o trabajador de una organización. Piensa qué te gustaría leer, cómo puedes hablar sobre eso y que tu idea encaje en la empresa y qué experiencias anteriores, proyectos y habilidades cuadran mejor en su proyecto. Sobre todo, corrígela después y no te olvides de despedirte, animándoles a contactarte si les surge cualquier duda.