Si te ponen delante de Las Meninas quizás no sepas que la protagonista del cuadro es la Infanta Margarita o que el pintor Diego Velázquez revolucionó la pintura de la corte inmortalizándose a sí mismo y relegando a los reyes al fondo de la escena, dentro del reflejo de un espejo. Pero vamos, que algo entiendes. Como mínimo sabes que se trata de una niña muy importante en un palacio. Sin embargo, con la llegada de la fotografía a mediados del siglo XIX, que reproducía la realidad de manera mucho más sencilla, la pintura dio un triple salto mortal y (resumidísimamente) se llegaron a expresiones tan innovadoras como la abstracción.
Aunque el arte abstracto apareció en Europa a principios del pasado siglo XX, todavía hoy, más de cien años después, nos cuesta muchísimo interpretar y valorar esta técnica. ¿Por qué tanta gente se piensa que el arte abstracto es una tomadura de pelo? ¿Cualquiera podría hacer una obra maestra en su casa? ¿Hasta un niño de cinco años sería capaz de pintar este tipo de composiciones? PlayGround da la clave en este vídeo:
Tal como se dice en el vídeo, el arte abstracto ha sido juzgado y condenado antes de tiempo. Porque nos gusta comparar y el cambio fue DEMASIADO grande, además de que tenemos la falsa creencia de que en el realismo y la fotografía hay más esfuerzo. Que la reproducción certera de la realidad cuesta más que inventarse una serie de colores, formas y mezclas que escapan a nuestra comprensión. Por eso mucha gente piensa que este tipo de trabajos los podría hacer un niño.
El arte abstracto se caracteriza por emplear las formas esenciales del lenguaje plástico, como las figuras, las líneas y los colores, como medio de expresión artística. En ese sentido, los pintores abstractos cumplen los tópicos que se espera de un artista. Su interior, sus pasiones y sentimientos están totalmente expuestos en sus cuadros y de paso es el sentido de muchos de ellos. Por esta razón, una pintura abstracta puede ser muy emotiva, evocadora o incluso desgarradora. ¿Cómo se te queda el cuerpo?
Y después de todo esto, para comprender el arte abstracto solo queda abrir la mente, reorientar la mirada y sería bueno también un poco de sensibilidad (hay que dejar las teorías y las técnicas para otro momento). Un cambio de actitud es lo que realmente nos dará la clave de todo. Porque, igual en esos colores amarillos y rojos se esconde una puesta de sol o un trazado de líneas marrones, rojizas, pardas, amarillas son el mejor ejemplo para anunciar el otoño.
Lo importante es abstraer la mirada de las formas acostumbradas y empezar a explorar los terrenos de la imaginación. Y eso amigos, de fácil no tiene nada y no lo podía hacer cualquiera. Se trata de componer en base de un concepto sin tener que representarlo tal como es. Un reto que nace de la necesidad de la expresión libre del artista y que se poya en su propio lenguaje: las líneas, colores, manchas, geometrías y pigmentos encuentran aquí su máxima explosión para ser verdaderas obras de arte.