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Saca tu tabla y prepárate para rodar: descubre los ocho mejores skatepark de España

  • Adapta el recinto a tu estilo, según seas principiante o ya domines varias modalidades del deporte urbano, que cada vez cuenta con más fans en nuestro país

Si con la pandemia aún te quedan ganas de sacar tu tabla de skate a la calle y pasearte por ahí para hacer unos cuantos ollies, tienes que saber que tu ciudad tendrá seguramente varios interesantes. España cuenta unos cuantos de estos skateparks más que aceptables para los fans de los deportes urbanos, incluyendo el ciclismo BMX.

Solo hay que buscar un poco para dar con ellos. Están por toda la geografía española, aunque los más importantes se concentran en capitales como Madrid y Barcelona. Skateplazas, pistas, plazas o pumptracks. Hay mucho donde elegir. No te pierdas estos emplazamientos de los que vamos a hablarte. Empezamos.

Zona Urbana (Torrejón de Ardoz)

Una verdadera locura este recinto, que tiene todo lo que hace falta para volver locos a los amantes de la tabla, la bici y los patines. Escaleras con muchísimas barandillas, planos inclinados, eurogaps, hubbas y cualquier obstáculo que se pueda imaginar. Es espectacular y muy completo para los que quieran emplearse a fondo y entrenar hasta sudar el DNI.

Beteró (Valencia)

Este no es para todo el mundo, y mucho menos para los principiantes que todavía están aprendiendo los primeros trucos y quieren conservar todos los dientes en su sitio. Casi todo en este recinto son rampas. Un hueso duro de roer, enfocado sobre todo a aquellos que ya dominen esta modalidad de skate y se sientan verdaderos buitres en el aire. El cradel es de lo mejor que se ha construido en España, pero eso sí, hay que pagar por el uso del recinto y los horarios están divididos para que los bikers y los skaters puedan rodar en paz y armonía, sin huesos rotos.

Skatepark de Getafe (Madrid)

No lleva muchos años en pie, pero ya es uno de los recintos más interesantes de la Comunidad de Madrid para practicar skate surf y street skate. Su bowls con pins y planos inclinados moderados, sin mucha pendiente, son buenísimas opciones para echar el día y volver a casa con las rodillas hechas un Picasso. Magullados pero felices, hasta el próximo giro en el aire.

Rubén Alcántara (Málaga)

A esta mezcla maravillosa entre playa y asfalto le dieron su nombre por el campeón mundial de BMX, uno de los diseñadores del bowl principal. En este recinto, paraíso de bikers y skaters, lo más llamativo es el halfpipe de buena altura con el que los deportistas cuentan para hacer sus mejores giros en el aire. 3 metros de altura y casi metro y medio de rampa, y más de 9000 metros cuadrados para echar a rodar la tabla, los patines y la bici. Un tercio del recinto se ha reservado para el deporte urbano.

Parque interior Green (Les Franqueses del Vallés, Barcelona)

Todavía nos queda un poco de invierno y de frío, así que una buena opción es pasarse al que es uno de los skateparks de confianza para aquellos que no quieren mojarse los días de lluvia. Completísimo: hasta 20 modos distintos de skate y casi 13000 metros cuadrados para rodar o pedalear.

Polideportivo Virgen del Carmen (Valencia)

Más de 900 metros cuadrados para impulsar tu creatividad hasta las alturas y un espacio dedicado exclusivamente a las BMX. Entrenamiento total. Otra opción es el Leioa Skatepark (Vizcaya), que cuenta con dos bowls de buen tamaño y una buena provisión de barandillas para practicar las piruetas y giros más complicados que se te ocurran.

Nueva Plaza (Fuengirola)

El tercer mejor recinto de Europa para practicar deportes urbanos. Una vez más, tiene de todo, tanto para el amateur como para los perros viejos y más experimentados. Varios bowls y diversas rampas para poner la tabla a bailar y quemar rueda.

Iglesia Skate de Santa Bárbara (Llanera, Asturias)

Giros, pumps y volteretas mientras le rezas al dios de los cristianos o al de los skaters, para no abrirte el cráneo en uno de tus giros en el aire. La idea de mezclar arte urbano y arquitectura sacra se le ocurrió a los Church Brigade, un colectivo de patinadores que propuso convertir este recinto sagrado en desuso en uno de los mejores sitios de España para aprender skate. Estuvo abandonado durante décadas hasta que lo compraron. Fueron los Church Brigade los que lo repararon y Okuda, un artista urbano, el que aportó el arcoíris del interior, tan característico de su paleta.

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