Ya lo advirtió la OMS, allá por julio: "Los jóvenes no son invencibles con la COVID-19. Pueden morir". Y en esto han incidido siempre los médicos, pero ahora lo están recalcando todavía más. Se advierte sobre el peligro del virus y, aunque siempre se ha incidido en que el riesgo está en que ellos pueden ser vehículo para portarlo y contagiar a personas más vulnerables, también es cierto que los adolescentes pueden acabar en cuidados intensivos.
Con las cifras más altas de la segunda ola según ha informado el Ministerio de Sanidad (18.418 casos nuevos y 267 fallecidos en las últimas 24 horas) resulta prácticamente obligatorio extremar las medidas y la responsabilidad, poniendo más atención a aquellas personas que cuentan ya con alguna afección. Ellos son los que tienen más riesgo de enfermar y que su caso termine en una UCI por complicaciones, y muchas de estas razones también se dan en adolescentes.
No es algo que se tenga que obviar y que ha quedado reflejado en determinados estudios. Uno de ellos es el 'Clinical course and risk factors for mortality of adult in patients with COVID-19 in Wuhan, China: a retrospective cohort study' de ElSevier (empresa de análisis de información global), que pone en relación las características clínicas en adultos que conllevan un mayor porcentaje de mortalidad o de acabar en la UCI en caso de contraer el virus. Y los mismos datos ofrece también para los más jóvenes. ¿Qué conclusiones saca?
De acuerdo con lo que se conoce hasta el momento y hasta la fecha eran los adultos de cualquier edad con enfermedades renales crónicas, cáncer, problemas de corazón, obesidad, diabetes o que están inmunodeprimidos por el uso de medicamentos, el VIH o corticoides los que tenían más papeletas para presentar problemas en caso de contagio. Pero, ¿son los únicos? Parece que no y que tal como determinan los estudios y la opinión médica de la revista 'JAMA Internal Medicine' tal como se hace eco el diario 'El Día: la opinión de Tenerife', esta gravedad también alcanza a los más jóvenes, aunque las cifras sean más bajas: el 10% de los pacientes de entre 18 y 34 años puede necesitar ventilación y el 2,7% muere por esas complicaciones patológicas.
"En los jóvenes ocurre igual que en los adultos-viejos, hay una serie de factores de riesgo para que se complique la infección, aunque tengamos en mente que los adolescentes están más sanos y su sistema inmune es más fuerte porque está menos desgastado. Con eso de base hay una serie de patologías de las que unas veces pueden ser conscientes y otras no, que pueden complicarlo todo", responde a Yasss, el Dr. Gerardo Molina, médico adjunto de Medicina Nuclear en la Clínica Gammacámara perteneciente al Hospital HLA La Vega de Murcia.
En su opinión está contrastado lo que pasó el la primera ola: los más mayores fueron las grandes víctimas, pero ahora se cree que el virus ha experimentado una mutación y que además las formas de contagio también han cambiado durante este tiempo. Es ahí donde los jóvenes están adquiriendo más peso y donde también se están más exponiendo.
Las imágenes de fiestas y botellones que han sido centro de críticas son el inicio de la cadena. "Se sigue saliendo y el toque de queda no deja de ser una forma de control para los jóvenes y el ocio cuando no se hace caso de las advertencias", según nos explica este doctor. ¿Y por qué dice esto? Porque en su opinión en esos focos están los grandes positivos que se están dando junto con las reuniones familiares. Los que en muchos casos acaban en las UCIS. "Si esos chicos viven con sus abuelos será la gente mayor la que ingrese, pero si viven con sus padres o hermanos, esa es la gente joven que ingresa y que en caso de complicaciones tendrá que estar en cuidados intensivos".
Y, aunque queda mucho por aprender para que los estudios y la opinión médica tengan todo el puzzle montado, sí que tienen como dato en común que hay que aprender de la respuesta al virus de determinadas patologías. La obesidad, diabetes, hipertensión, problemas renales o un VIH no controlado pueden ser determinantes para que un paciente joven termine o no en la UCI. "Inmunes no somos nadie y ni aún habiendo pasado la enfermedad se es del todo inmune", explica el doctor a lo que añade que "tener esos antecedentes nos da más papeletas para que los síntomas se agraven y que el destino final sea una Unidad de Cuidados Intensivos, sin importar la edad o si se es más joven. Eso se tiene o no se tiene".