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Que no estropee el primer beso: la halitosis es una enfermedad frecuente que tiene solución

  • La halitosis es una enfermedad más habitual de lo que creemos, y suele ser síntoma de un problema mayor

  • Quien tiene halitosis termina adaptándose al mal olor y acaba por no percibirlo.

Primera cita, da igual el sitio. Tú imagínalo: no estás confinado, estás ya en la fase 254: te has peinado, te has vestido, te has maquillado (te has puesto hasta pintalabios, que en esta fantasía no hay que llevar mascarilla). En fin, que después de tontear mogollón de tiempo quedas con esa persona para un café, una cena, una cerveza, ¡lo que sea! La cosa es que es un éxito, una tarde de 10, una maravilla. No ves el momento de comerle los morros. ¿La mala noticia? Cuando te acercas, un olor desagradable te echa para atrás. No, no es la cebolla de la pizza ni los posos del café: es un olor propio, que viene de ahí dentro. La peor pesadilla del primer beso: la halitosis.

Este olor desagradable es una enfermedad bastante más común de lo que pensamos, que casi todo el mundo sufre en algún momento de su vida. En Yasss te contamos un poquito más sobre la halitosis, qué la provoca y cómo podemos solucionarla.

¿Por qué a mí?

La halitosis es el nombre técnico que recibe el mal aliento. No, no hablamos de ese regustillo después de comer patatas campesinas, si no de un mal olor que prácticamente tiene nombre, apellidos y certificado de nacimiento. La cuestión de esta enfermedad es que, en muchos casos, quien lo presenta termina adaptando su olfato a ese olor, por lo que acaba por no percibirlo. El resto, claro está, sí lo huelen.

Más allá de los problemas de salud de los que la halitosis pueda ser síntoma, tiene una connotación social bastante incómoda, ya que conlleva un juicio por parte del resto. Lo cierto es que puede estar provocada por muchos motivos: una mala higiene, una enfermedad local o una alteración orgánica, que producen unas sustancias bastante olorosas en el aire que se acaban convirtiendo en mal aliento.

Esta enfermedad puede tener origen intraoral (en el 90% de los casos) o extraoral (el 10% de las veces). Cuando se produce en la boca suele ser en la parte posterior de la lengua, muchas veces porque el material mucoso gotea en esa zona. Esto afecta a una de cada cuatro personas, según estiman en la revista científica Elsevier. El caso es que este material gotea en esa zona y se une a la sangre, las células y algunos alimentos: el resultado, en definitiva, es ese mal aliento.

Cuando la halitosis se origina fuera de la cavidad bucal suele ser por trastornos del sistema, normalmente relacionados con el tracto respiratorio o el sistema digestivo. Si vamos al dentista y en la revisión no nos ven ninguna anomalía, deberíamos ir al médico de cabecera para continuar con las pruebas: la halitosis podría ser el aviso de que algo en nuestro cuerpo no funciona muy allá.

¿Cómo ponerle fin?

Quien tiene halitosis solo quiere tener el aliento más mentolado que pueda. El primer paso es mantener una buena rutina de higiene bucal, que incluya cepillado de dientes (se le pueden añadir pastas con flúor) siempre después de cada comida (en plan, inmediatamente después, no tres horas más tarde). Nuestra recomendación es que te hagas con un cepillo de viaje y lo lleves siempre encima, para poder lavarte la boca incluso si no comes en casa o tienes algún imprevisto.

Incluye en tu higiene el cepillado de la lengua y los carrillos, para tratar de eliminar los restos que quedan en la superficie. Si no tienes la boca especialmente sensible, también puedes añadir hilo dental y colutorio, para eliminar el mal olor. Y no te olvides de visitar a tu dentista anualmente, para que revise la salud de tus dientes y encías, además de hacerte una limpieza profesional para acabar con la placa.

Los chicles y caramelos de menta son un parche que apena dura unos minutos, pero después se vuelve al mismo estado. La mala noticia es que no existen milagros; la buena, que una buena higiene y algunos productos, como sprays de venta en farmacia, pueden ayudarnos con el mal trago hasta que la perseverancia tenga sus frutos.

Mientras tanto, los expertos recomiendan evitar las especias más fuertes, así como el alcohol y el café, que dejan un olor bastante fuerte en la boca, no fumar y beber mucha agua, para mantener la hidratación, favorecer la desaparición del moco y mejorar la salud de nuestra boca.