Todos hemos subido una foto a Instagram y, si no, al menos aparecemos en alguna. La red social de Mark Zuckerberg (Facebook la compró por 1.000 millones de dólares en 2012) cuenta con más de 900 millones de usuarios activos, y es una de las más populares entre todos los rangos de edad. Además, la aplicación, que este 2010 cumplirá una década en el mercado, es una de las más adictivas y de las que más beneficios genera. Que se lo digan a las Kardashians.

Pero, ¿sabes a quién pertenecen las fotos que compartes en tu perfil? Tú mantienes la autoría, por supuesto, pero desde el momento en que lanzas la imagen a la red le cedes todos los derechos de uso a Facebook. Eso genera más preguntas, como qué pasa con tus fotos si cierras tu cuenta, o si Instagram podría vender tus fotos sin que tú te enteres y sacar dinero de ellas. Si alguna vez has tenido esas dudas, en Yasss te explicamos todo lo que tienes que saber.

Primero de todo, hay que aclarar qué son los derechos de autor o 'copyright': una serie de reconocimientos legales que se da a los creadores de obras artísticas, para que puedan generar beneficios económicos a partir de ellas. Esto significa que nadie puede usar una obra, a no ser que el autor lo permita, para lo que se debe firmar una licencia de uso.

Entonces, ¿quién tiene los derechos de autor de las fotos que subes a Instagram, Zuckerberg o tú? Tal y como explica el portal jurídico Abogados sin corbata, el derecho de explotación de las fotos le pertenece al autor, es decir, a ti. Pero hay trampa: Instagram tiene total libertad para usar tus fotos y dárselas a terceras personas. ¿Qué cómo es posible? Bueno, entre otras cosas porque todos aceptamos los términos y condiciones de la red social sin leer ni tres párrafos.

En esa especie de contrato que firmaste para crear un perfil en Instagram, les diste a los dueños de la app “una licencia mundial, no exclusiva, transferible, sublicenciable y exenta de pagos por derechos de autor para alojar, distribuir, modificar, mantener, reproducir, mostrar o comunicar públicamente y traducir tu contenido, así como para crear contenido derivado”, dice textualmente la cláusula. No es broma: si quisieran, podrían traficar con tus fotos de cien en cien.

A Instagram le da igual que tu cuenta tenga candadito o no: eso solo afecta a otros usuarios, de entre los que tú puedes decidir quién te ve las fotos y vídeos que publicas. De todas formas, la clausula la firmaste igual, así que, si Instagram quisiera, podría coger las fotos directamente de tu perfil.

Ahora, ¿significa eso que otros usuarios puedan usar tus fotos sin permiso, tengas o no la cuenta abierta? Respuesta sencilla: no. El problema, por supuesto, es pillar al ladrón con las manos en la masa, porque Instagram no te avisa si alguien hace una captura de pantalla (o guarda, con alguna de las apps destinadas a ello) de tu perfil o una de tus fotos.

Lo único que te dice, y esto solamente si habilitas el perfil de empresa, es cuántas personas han guardado la foto, lo que permite a otros usuarios volver a ella desde sus ajustes sin tener que buscar una imagen en tu perfil. Para eso, debes tener la cuenta abierta y habilitar un perfil comercial. Después, pulsa en las estadísticas de la foto, aunque solo te saldrán en las imágenes que publiques después de habilitar esa opción.

Malas noticias: lo que pasa en Instagram, se queda en Instagram. Que la huella digital es para siempre es algo que deberíamos tener mucho más presente cuando publicamos y compartimos contenido en redes sociales, también en Instagram.

Si cierras tu cuenta, todas tus fotos, comentarios, likes y, básicamente, todo lo que hayas hecho en la aplicación se mantendrá en el servidor de Instagram. La red social almacena los datos de cada uno de los perfiles; información que puedes descargar para saber qué conoce la app de ti. Para ello, ve a ajustes, luego a privacidad y seguridad y después a descarga de datos. Recibirás un enlace con toda la documentación.

En los términos y condiciones de la app, los creadores dicen que se quedará con tus datos “por un plazo comercial razonable”. ¿Qué significa eso? No son claros, así que pueden mantener tus datos eternamente.