Estos días de cuarentena proliferan las iniciativas solidarias. Hay quien ayuda a hacer la compra a sus vecinos mayores, hay quien cuida de los hijos de los trabajadores que aún asisten a su puesto de trabajo y hay quien abre su rúter para que más gente pueda teletrabajar o asistir a clases online. Pero hay otra iniciativa a la que podemos sumarnos, que tiene un impacto muy positivo en la autoestima de otras personas y para la que literalmente basta con quedarnos quietos: donar pelo.
En algunos tratamientos contra el cáncer, como la quimioterapia y la radioterapia, la pérdida del cabello es uno de los efectos secundarios. Por eso, muchas organizaciones crean, a partir de pelo natural, pelucas para enfermos oncológicos.
Todo aquel que tenga 20 centímetros de pelo puede donar cabello a estas asociaciones. La caída del pelo “es impactante y preocupa mucho” a las personas que se someten a un tratamiento de quimioterapia, según explica la coordinadora de la Unidad de Psicooncología del Hospital Universitario Sant Joan de Reus (Tarragona) a Verne. Una preocupación que tiene mucho más impacto en las mujeres que en los hombres: la alopecia masculina está más normalizada, pero en mujeres se relaciona directamente con tener una enfermedad.
¿Dónde va el pelo cuando lo cortamos? Directamente al suelo de una peluquería o de casa, donde acabará en la basura, así que darlo a asociaciones es no solo una iniciativa solidaria, sino también una manera de aprovecharlo. Hay muchas organizaciones, locales y nacionales, que se encargan de recoger el pelo y darle una nueva vida en forma de peluca natural para personas con pocos recursos.
Cada ONG tiene sus propios requisitos para donar pelo. Algunas no aceptan cabellos teñidos o tratados con henna, a otros les da igual que la donación haya recibido una permanente, y otros simplemente quieren pelo, sin importar las puntas abiertas o el color de las mechas. Una de ellas es ‘Peluca solidaria’, que confecciona pelucas oncológicas en su propia fábrica para llegar a esos pacientes “que de verdad lo necesitan”, según explican en su página web. Ahí también indican que no es necesario una edad mínima para donar, aunque sí una medida específica de pelo: 30 centímetros. Si vives en Madrid, puedes donar directamente en su fábrica, pero si no, tienen una red de peluquerías solidarias, repartidas por toda España, donde aceptarán tu melena.
Otro ejemplo es la asociación ‘Mechones Solidarios’, una organización de Málaga con más de 1700 peluquerías solidarias repartidas por todo el país donde te cortarán el pelo, aunque no todas lo recogen, según explican en su web. Si aquella a la que decides acudir no lo hace, puedes enviarles el pelo (“aunque lleve mucho tiempo guardado”) a su dirección personal.
El pelo debe entregarse limpio y seco, y no debe haber sido tratado con henna. Aceptan donaciones a partir de 30 centímetros de pelo, aunque en el caso de los niños de hasta 14 años es de 20 centímetros. Se puede especificar si se desea que el pelo sea específicamente para otra niña, y el cabello puede ser de cualquier tipo: liso, ondulado o rizado, y de cualquier tonalidad.
Cada asociación tiene sus propios requisitos a la hora de aceptar donaciones. Pero, incluso aunque lo tengas teñido, con las puntas abiertas o tratamientos permanentes, muchas ONGs lo aceptarán. Solo tienes que buscar una que encaje con tu tipo de pelo.
La Asociación Española contra el Cáncer (AECC) también hace pelucas con pelo donado. Sus requisitos son llevar el pelo limpio y sexo, bien cuidado y sin henna, aunque con un largo mínimo de 35 centímetros. La asociación tiene sedes repartidas por toda España, donde puedes llevar tu melena.
No hay ningún tipo de problema en acumular el pelo hasta que decidas dónde donarlo. El pelo se conserva mucho tiempo, como las uñas. Hay otras organizaciones, como ‘Pekelucas’, que gestiona un banco de donación y elabora pelucas para niñas, o ‘Pulseras Rosas’, que también puedes tener en cuenta, y decenas de ONGs locales que harán buen uso de tu corte.