Desde que el coronavirus llegó a nuestras vidas nos hemos vuelto unos obsesos totales de la limpieza y de la salud. Es verdad que hay muchas cosas que podemos hacer para evitar el contagio, pero tampoco deberíamos perder la cabeza.
Estamos muy concienciados sobre cómo toser correctamente (en el codo y no en las manos), cómo lavarnos bien las manos y durante cuánto tiempo, cómo usar el gel desinfectante, quién y quién no debe comprarse mascarillas... pero quizás se nos haya olvidado un punto importante: tan importante es lavarse las manos adecuadamente como desinfectar aquellas superficies por las que nuestras manos pasan todo el rato. Como nuestros portátiles, nuestras tables o nuestros teléfonos móviles.
Un estudio de la Biblioteca de Medicina de Estados Unidos reveló que sobre las pantallas de nuestros teléfonos podrían encontrarse hasta diez veces más bacterias que en nuestro váter. Muy fuerte. Y ninguno de nosotros apoyaría la cara sobre la taza del váter, sin embargo, si tenemos que hacer una llamada de teléfono, sí que nos pegamos el teléfono a la cara y a la boca.
Desinfectar aquellos dispositivos que toqueteamos con nuestras manos todo el rato debería ser una costumbre, no algo excepcional que hacemos ahora porque estamos un poco asustados con la cantidad de información y de bulos que hay sobre el coronavirus.
Lo recomendable sería que desinfectásemos nuestros teléfonos una vez al mes. Pero, ¿tú lo has hecho alguna vez? La mayoría de la gente no desinfecta sus móviles.
Existen unas toallitas especiales, a la venta en supermercados o tiendas especializadas en electrónica, para limpiar las pantallas. Pero este tipo de productos o el truco de pasarle un pañito mojado en agua con alcohol solo limpia, pero no desinfecta.
Para desinfectar bien tu teléfono, lo primero que tienes que hacer es retirar la funda o cualquier otro tipo de accesorio que le tengas puesto. Necesitarás unos pañuelos tipo bayeta o tipo paño para limpiar gafas, que no desprendan fibras de celulusa. Vamos, que no se deshagan en contacto con líquidos, así que el papel higiénico, el de cocina o los pañuelos de papel no valen.
A continuación, prepara una mezcla de agua templada y jabón suave. Sí, la lejía desinfecta mucho mejor, pero también destruirá tu móvil. Tienes que ser consciente en todo momento de que no puedes usar ningún producto abrasivo ni humedecerlo en exceso, porque si no te cargarías tu terminal. Recuerda apagar completamente tu móvil antes de empezar a desinfectarlo.
Humedece la mitad del paño en el agua con jabón y frota con cuidado, después, usa la mitad seca para eliminar el exceso de humedad. Los puertos para la carga o auriculares se limpiarán mejor con un bastoncillo de algodón y un buen soplo de aire que haga salir el polvo u otros residuos. No introduzcas palillos ni ningún otro objeto punzante. Espera unos minutos antes de volver a encenderlo para asegurarte de que está completamente seco.
Otra opción (mucho más cara) es darle un baño ultravioleta a tu teléfono, pero para eso necesitarás comprar un aparato para desinfectar objetos pequeños y cuesta unos 80 euros en Amazon.