¿A quién no le ha pasado eso de tener que declararse y sentir que nos fallan las piernas, que las palabras no vienen y que, incluso, el amor que sentimos tiene toda la pinta de ser una conmoción cerebral?
Por suerte para nosotros y para los trabajos de Hércules del amor, tenemos siempre a mano las canciones de Billie Eilish, el revulsivo perfecto para todas esas personas que quieren dejar de usar los tres fueguitos de Instagram y pasar a la gasolina dura: un buen temazo que exprese por ellos lo que no se atreven a decir en voz alta. Hay que tener cuidado con las indirectas, eso sí.
Las indirectas, siempre y en toda circunstancia, mejor con música. Bastante más útil que murmurarle a esa persona especial “Quizá te hayas preguntado por qué mi sistema intestinal falla en plena calle. En realidad, hay un buen motivo: estoy pensando en ti”.
Sabes que podría haber algo con esa persona, pero de momento todo late bajo la tierra y solo tienes indicios de ese futuro prometedor: miraditas, silencios incómodos. Este temón sería tu elixir de darse alguna de estas sinergias.
Por ejemplo, te serviría declararte con esta letra si tu crush es alguien del trabajo con quien compartes mesa y la tensión sexual no resuelta se da hasta cuando le pasas a esa persona un bolígrafo, acompañado de alguna frase malinterpretable: “Cuando puedas, enséñame tu informe trimestral de ventas”. “¿Puedo revisar tu papelera de reciclaje?”. “¿Piensas que el capitalismo nos consume hasta dejarnos vacíos?”.
“I want to be alone
Alone with you
Does that make sense?
I want to steal your soul
And hide you in my treasure chest”.
Esta canción de Eilish es la mejor opción si esa persona de tus desvelos tiene un je ne sais quoi que no puedes explicar (“El hecho de que no haya aprendido a peinarse me excita”) y si tus amig_s te han dicho que se te nota en la cara que te gusta alguien pero tú no has dicho ni mu, esta boca es mía, cero, nada. Tienes todavía el corazón fortificado y no te atreves a aceptar lo que está pasando realmente.
Amiga, date cuenta: ese rubor en tus mejillas no es que tengas malaria, es tu amor, que se adivina a doce kilómetros de distancia.
“I've been watchin' you for some time
Can't stop starin' at those ocean eyes
Burning cities and napalm skies
Fifteen flares inside those ocean eyes
Your ocean eyes”.
No te has recuperado de eso que sentías y que nunca le confesaste. Durante mucho tiempo quisiste decirle algo a tu crush (un_ amig_ con quien tenías una relación ambigüa, ni para adelante ni para atrás) pero solo te salían balbuceos.
Tus conocidos te sugirieron que viajaras y adoptaras un gato, pero ahora ese gato te odia, estás todo el tiempo ausente. La realidad es que todavía sigues echando de menos a esa persona. Miras melancólicamente por la ventana los gorriones y en cada uno de ellos ves su cara. Por más desagradable que sea esa imagen (un gorrión con la cara de una persona), lamentamos decirte que es hora de atizar el avispero del amor y tratar de recuperar ese crushazo con el que no te atreviste a dar el paso.
“Don't you know too much already?
I'll only hurt you if you let me
Call me friend but keep me closer (call me back)
And I'll call you when the party's over”.
Aceptamos relación tóxica como animal de compañía. Una canción para esas tardes en las que te pones un vestidazo o tu mejor cazadora y piensas: “Tú te lo pierdes, ser unicelular incapaz de generar un vínculo emocional estable”.
Tuvisteis algo fuerte, algo demasiado intenso, los vecinos llamaron a la puerta para quejarse de esas cosas de mayores que hacíais con la ventana abierta. Ahora esa persona no te ajunta, te ha borrado de tus redes y tú quieres prender fuego al recuerdo diciéndole todo lo que aún te queda dentro. No es una declaración de amor, sino de guerra.
“You should see me in a Crown
I'm gonna run this nothing town
Watch me make 'em bow
One by one by one
One by one by
You should see me in a crown
Your silence is my favorite sound
Watch me make 'em bow
One by one by one
One by one by one”.