Diez meses ya sin Flying Little Warrior, Mamba Negra, aka Kobe Bryant. El mundo del deporte no se ha recuperado todavía de esta mala canasta. A pesar de su controvertida vida sentimental y una acusación de violación que él mismo reconoció como parcialmente cierta, Kobe aún sigue encestando en los corazones de muchos aficionados al deporte, y su figura no ha parado de recibir homenajes distintos artistas latinos de talla mundial a la rutilante estrella del baloncesto que tantos saques encajó en las décadas en las que estuvo en la primera línea del deporte.
Sí, Bad Bunny también tiene un tema para Kobe, pero no es el único artista latino que ha querido rendirle tributo durante estos nueve meses. Kobe sigue encestando amor en las letras de algunos temazos de trap. Lo llora Drake y hasta Kanye West.
El puertorriqueño, que no para de triunfar, fue de los más primeros en parir un verdadero homenaje con el tema ‘6 rings’, y es normal, porque Bad Bunny era fan de Kobe desde los siete años, cuando lo vio jugar por primera vez y sintió el relámpago de la admiración pura. El artista no se esconde en las diferentes entrevistas que ha dado. Kobe fue muy importante para él en su formación. Le inspiraba desde mucho antes de convertirse en una estrella de la música de sonrisa maliciosa y ropa ancha.
La explicación del título de la canción tiene su miga: cinco de esos anillos se refieren a los éxitos en la NBA de Kobe, y el último es en referencia a su boda con su mujer, Vanessa, la misma que le dedicó unas palabras inolvidables en el homenaje de enero en el Staples Center de Los Ángeles. Bunny tiene claros los valores que encarnó Bryant y su influencia en su música. Primero, que la vida hay que afrontarla con valentía y pasión. Sin eso no tenemos nada. Segundo: el corazón. A él nos debemos. Así lo debieron sentir quienes dieron me gusta a la publicación del trapero en homenaje a Bryant. Dos millones de likes.
‘Aun recuerdo la primera vez que vi un juego de basket, a los 7 años con mi papá, y fue un partido de este genio, y desde ese día en adelante se convirtió en mi jugador favorito’, podemos leer en el Instagram del conejo malo.
La canción toca nuestra fibra sensible. No solo por la propia letra de Bad Bunny, sino también porque se puede oír en ella a una audiencia enfervorecida que proclama la victoria eterna de Kobe contra la muerte. La voz del baloncestista entra al final como el rugido de un dios mundano: ‘Black Mamba se despide’.
Era de esperar que el de Bad Bunny no fuera el único homenaje a Bryant. En el funeral-homenaje en el Staple Center de enero que se celebró para honrar la figura de Kobe, Beyoncé se subió al escenario, dio una señal al coro y empezó a cantar. Los temas escogidos fueron ‘XO’ y ‘Halo’. ‘Quiero a Kobe. He creído necesario estar aquí hoy para cantarle como se merece’, dijo la cantante.
Su influencia es parte ya de la propia manera de componer las canciones de todos estos artistas latinos. La mayoría de estos hits mencionan los mismos conceptos: fama, gloria, superación, dinero. Kobe ha seguido creciendo en las letras y los temas de otros, antes y después de su trágica muerte. Le han rendido tributo canciones de Kendrick Lamar, Jay-Z o Chief Keef, con un tema llamado simplemente ‘Kobe’ en el que se nos habla de la envidia de tantos otros hacia el jugador, o Kanye West, con alusiones más picantes a las infidelidades de la estrella del baloncesto y la tramoya oscura de su vida sentimental. ‘Mueve la bola como Kobe’, dice el hit, ‘te garantizo que ella nunca te dejará’.
Otro de tantos es Jhay Kortez, colega del conejo malo que tiene un temazo listo para correr hasta la tumba de Bryant y rendirle unos rapeos rodeado de neones fucsias y sótanos fotografiados con película granulosa.
Los argumentos del artista para haber escrito esa canción son similares a los del Bunny. Asegura que Kobe fue un artista tan grande que superó su propia figura deportiva y les inspiró de formas que hoy todavía agradecen, y por eso es necesario rendirle tributo. Una entrevista de Kortez en Latinx Now! enseña sus cartas así:
‘Yo me siento como Kobe cuando estaba en L.A. Tanto esta canción como este disco son una experiencia. Ya no podemos estar en las discotecas tanto como antes, entonces se trata de hacer música para sentarse a escuchar’.