Hace apenas unas semanas, la noticia cogía con el pie cambiado a medio Internet y a buena parte de los fans de Viruzzz, convencidos de que el influencer había ganado limpiamente su último combate de boxeo en Misfits X y se había llevado con justicia y deportividad las 60.000 libras del premio.
A través de una exclusiva revelada por el medio Happy Punch, hemos sabido que el influencer no cumplió los estándares de ética deportiva y se dopó con testosterona para participar en las peleas, rompiendo así su fama de ser imbatible en el ring. Una mancha negra en su expediente, por la que Viruzzz se ha mostrado circunspecto y arrepentido. La decepción de su comunidad y de todo el que le había visto darlo todo en los entrenos le han hecho recapacitar.
"Ahora mismo no puedo decir nada más que perdón. Nadie tuvo que ver en mi elección, nadie sabía nada de esto, ni familiares, ni amigos, ni mi equipo. Nadie más que yo ha elegido este camino”, explicó. “Decidí hacer algo bajo mi responsabilidad y desconocimiento, que no recomiendo ni aconsejo. Pido disculpas nuevamente a toda la gente que ha contado conmigo dándome una oportunidad, a la organización y a la gente que me ve. Perdón por no haber sido honesto ni responsable”.
¿En qué medida afecta al cuerpo del creador de contenido e influencer que sus niveles de testosterona fueran hasta 10 veces superiores a los normales?
El camino tomado por el influencer es una práctica desleal en el mundo del deporte y de las competiciones de disciplinas como el ciclismo, el atletismo o el boxeo. Tanto la PBA (la organización profesional de boxeo que regula los combates entre creadores de contenido) como el resto de instituciones deportivas y federaciones prohíben expresamente el dopaje, una práctica que afecta sobre todo a la ética y justicia de las competiciones y crea desigualdades entre deportistas. Es el equivalente a esa flor de fuego o esa cola de castor que Super Mario usa para potenciar ciertas habilidades y triturar a esas simpáticas setas que quieren decapitarlo.
La testosterona es una hormona, y como tal cumple ciertas funciones imprescindibles en el organismo, especialmente en el de los hombres (aunque las mujeres también tienen, en menor proporción). Afecta a aspectos tan distintos como el desarrollo de los órganos sexuales, la musculatura, la producción de esperma, la libido o el estado de ánimo y la energía con la que funcionamos a diario.
Su uso a nivel deportivo está totalmente prohibido, ya que proporciona una ventaja competitiva injusta a quien la utiliza bajo el radar y esquiva el detector de los controles antidopaje. En el caso de Viruzzz, y en el de muchos otros deportistas que deciden ignorar la ética de su disciplina, mejora la fuerza, la resistencia y la capacidad de recuperación muscular, con el aumento significativo en la producción de glóbulos rojos. Su efecto es anabólico, exponencial. En términos prácticos, proporciona ‘fuerza explosiva’, algo que pudo tener algo que ver en la victoria del creador de contenido. Ganó por KO en el tercer asalto.
Es importante tomar en consideración el propio tirón de orejas que se dio Viruzzz a sí mismo cuando publicó sus disculpas y dijo aquello de “bajo mi responsabilidad y desconocimiento, que no recomiendo ni aconsejo”. El uso ilegal de testosterona sin control médico, más en los niveles detectados en el cuerpo del cantante, no está libre de ciertos riesgos. Los efectos secundarios pueden ser graves: problemas de corazón, infertilidad, daño hepático, cambios drásticos en la presión arterial y en los niveles de colesterol y desequilibrio hormonal. También psicológicos: en determinados casos, se la asocia a la aparición de distintos trastornos psiquiátricos.
Como explican los investigadores P. F. Díaz y R. Domínguez en su paper ‘Efectos de la suplementación con testosterona sobre el rendimiento en resistencia’:“destacan alteraciones en el metabolismo de los ácidos grasos y de los hidratos de carbono (dando lugar a un proceso ateroesclerótico y predisponiendo al individuo a sufrir diabetes), daños orgánicos, inmunosupresión, afección del eje hipotalámico-hipofisario-adrenal y desórdenes psicológicos”.
Esperemos que el influencer haya recapacitado y su carrera deportiva se encarrile por el sendero de la ética otra vez.