La información está al alcance de todos, eso es algo que Internet y las nuevas tecnologías han conseguido y que supone un gran avance, pero que también conlleva ciertos riesgos. Poder tener acceso a esta gran fuente de información hace que sea más complicado saber qué es verdad y qué no.
También ha traído consigo ciertos males nuevos, como puede ser la cibercondría. Este trastorno está relacionado con la hipocondría, un mal que lleva a la persona a preocuparse en exceso por la salud, llegando a provocar situaciones de ansiedad.
La hipocondría es un trastorno que, en mayor o menor medida, todo el mundo conoce, en el caso de la cibercondría entra en la ecuación una nueva variable, la opción de buscar, de manera incansable, información médica en Internet, para ver si los síntomas que se tienen corresponden con alguna enfermedad grave.
Poder acceder a este tipo de información para muchas personas supone un alivio, esa información médica puede ayudarles a comprender mejor su dolencia en algunos casos. Sin embargo, en el caso de los cibercondríacos, la ansiedad aumenta, porque les proporciona muchos diagnósticos y muchos de ellas poco favorables.
Entre los síntomas habituales de quienes padecen este mal, encontramos una preocupación extrema por padecer una enfermedad grave, aunque los síntomas sean leves o no se cumplan todos ellos.
La psicóloga Mariola Pérez Marqués, especialista de TopDoctors, señala que quien padece este tipo de trastorno dedica una cantidad de tiempo excesiva a buscar información médica en Internet, pero esta información le causa más ansiedad y miedo que tranquilidad, lo hacen porque temen tener alguna o varias enfermedades graves.
Esto suele provocarles un aumento del ritmo cardiaco y la sudoración cuando buscan esa información, claros síntomas de ansiedad. Buscan la información y confían en que lo que han encontrado es veraz, a pesar de que en ocasiones han sido diagnosticados por un profesional y el diagnóstico es otro, pero de él desconfían. La necesidad de buscar información no desaparece, incluso si ya lo han hecho varias veces.
Las personas que la padecen tienen ideas obsesivas recurrentes, preocupaciones catastróficas y se autoexploran en busca de síntomas que puedan alertarles de alguna enfermedad grave que temen padecer. Evitan, eso sí, acudir al médico, por miedo a que les confirme el diagnóstico que temen.
Esto puede convertirse en un problema grave, sobre todo si no solo se emplea para buscar información, sino que también se usa para recurrir a la automedicación. Muchos síntomas tienen que ser interpretados en un contexto, que es lo que hace el profesional médico, porque de otra manera podemos atribuirles una gravedad que no tienen. Estar pendientes de la salud está bien, pero convertirlo en una obsesión puede ser un problema.
Es importante ser consciente de esto, que puede suponer una fuente de ansiedad añadida y llegar a afectar a su vida personal y social, también buscar ayuda profesional si no somos capaces de solucionarlo solos.