Ahora Bad Gyal puede presumir de tener un éxito arrollador, sus novedades musicales son esperadas con gran ilusión por sus seguidores y sus conciertos se llenan, pero sus comienzos no fueron nada sencillos.
Ella tenía claro dónde quería estar y hacia dónde encaminar sus pasos, pero no recibió demasiado apoyo por parte de su entorno. El dancehall que le ha convertido en la estrella que es hoy día, no era demasiado conocido y eso hizo que su ascenso estuviera acompañado de mucho trabajo y esfuerzo.
Por supuesto, eso no hizo que perdiera la ilusión y tampoco la certeza de que sus sueños, por grandes que fueran, se iban a cumplir. Pai, una versión de la canción Work de Rihanna, la puso en el mapa y desde entonces, no ha parado de ganar.
Por aquel entonces, Alba Farelo trabajaba como teleoperadora, pero su éxito en redes sociales ya anunciaba que pronto se convertiría en la Bad Gyal que todos conocemos hoy día, una mujer segura, que utiliza su sensualidad como herramienta para llegar donde quiere estar, todo un contraste con sus letras empoderadoras.
Porque ella es perfectamente consciente de que no son dos cosas incompatibles, hace lo que quiere con su música, con su cuerpo y con su imagen, y lo hace con una seguridad que no siempre ha tenido, pero que ha conseguido sentir con el tiempo.
“Hace años, estaba en un momento en mi vida en el que no había nada que me motivara y me hiciera quererme a mí misma, y entonces encontré unos vídeos en YouTube de dancehall, un baile jamaicano muy lejano a mí, pero con el que me sentí inmediatamente identificada", revelaba en 2022 en una entrevista para El País Semanal.
En esta misma conversación aseguraba que las críticas sobre su físico nunca habían dejado de llegar, pero que había aprendido a hacer oídos sordos. "Que si estoy muy delgada, que si necesito operarme las tetas. ¡Déjame en paz! Como si quiero engordar: te me vas a tragar con 10 kilos de más moviendo el culo en tu cara".
A lo largo de tiempo, se ha podido ver cómo Bad Gyal pasaba de ser esa chica que compartía sus proyectos en las redes sociales a toda una estrella con una estética muy definida: uñas largas, pelucas de escándalo y una vestimenta marcada por las cinturas bajas y los brillos.
Aunque la esencia siga siendo la misma y ella misma afirme que no se arregla igual para ocasiones especiales que para el día a día -donde apuesta por ir más sencilla, aunque sin renunciar a las prendas rosas o los estampados de leopardo-, Bad Gyal ha cambiado con el tiempo, ahora puede permitirse llevar la ropa que quiera y acompañarla con los looks que le apetece.
Ella siempre se ha mostrado partidaria de aprender a aceptarse a una misma antes de optar por soluciones más radicales, como las operaciones estéticas, sobre todo cuando estas responden a una necesidad de encajar en los cánones impuestos. Eso sí, también opina y así lo dijo en una entrevista para Los40, que cada cual tenía que hacer lo que quisiera.