Las redes nos ayudan a crear comunidad, a sentirnos arropados y también son una estupenda fuente de información. Para mucha gente se convierten en una ventana al mundo que le ayuda a reflexionar sobre determinados comportamientos, a reflexionar y a cambiar.
Esta es la función de muchos activistas que han encontrado en TikTok o Instagram el canal para poder llegar a más gente y ayudarles a ver la realidad de un modo más inclusivo, señalando esos pequeños (o grandes) errores que todos cometemos sin ser conscientes del daño que hacemos porque están arraigados en la sociedad.
Es lo que sucede con la gordofobia, un concepto que nos ayuda a poner nombre a un problema actual, a una forma de discriminación a las personas con sobrepeso, a las que se juzga, rechaza e incluso odia por el mero hecho de no tener un físico que se ajusta a lo normativo.
Las personas gordófobas tienden a pensar que el cuerpo gordo es resultado de vagancia, malos hábitos e incluso de una falta de voluntad, se escudan en un problema de salud para rechazar a las personas con figuras no normativas, incluso discriminándolas.
Las personas gordas suelen tener una mayor dificultad desempeñar su vida de manera normal, en algunos casos les cuesta más encontrar trabajo, establecer amistades o mantener relaciones. Sufren acoso en la calle y el transporte público y pueden tener miedo a enseñar su cuerpo o ir a la playa.
La gordofobia está en todas partes, en un tipo de discriminación que está arraigada en nuestra sociedad y por eso el esfuerzo que realizan los y las activistas a través de las redes es tan importante, dar visibilidad a un problema puede ayudar a abrir los ojos ante él y hacer que la gente cambie poco a poco la manera en la que se comporta y piensa.
Esta no es una tarea fácil y Mara Jiménez (@croquetamente__) puede dar buena cuenta de ello. Esta activista contra la gordofobia y en pro de la salud mental dedica gran parte de su cuenta de Instagram a denunciar estos comportamientos, pero también gran parte de su vida. Mara lucha contra los estigmas asociados al peso y lo hace de un modo didáctico, empático y con carácter. “Como otras activistas, tengo que defender nuestros derechos y que la gente por fin entienda lo que merecemos las personas gordas como seres humanos”, explicó en una entrevista para Público.
La influencer Paula Fernández también conoce el lado más amargo de las redes sociales, donde los insultos se convierten en la norma y la gente se siente con el derecho de señalar; ella no ha dejado que esto la frene. Modelo de tallas grandes, ha convertido su cuenta de Instagram en un espacio seguro para personas con TCA (trastornos de la conducta alimentaria) donde aboga por los autocuidados y el amor propio.
Sanamente Mónica es el nombre bajo el que publica Mónica González, coach de autoestima corporal, divulgadora antigordofobia y creadora del pódcast Guapas de cara. En sus redes seña comportamientos gordófobos habituales, como asociar la comida healthy a los cuerpos delgados, evitar la palabra gorda o gordo o que el doctor asuma que todos los problemas que padecen las personas gordas tienen relación con su peso sin indagar si puede deberse a otras causas.