2023 viene calentito con sus nuevos ídolos y sus dioses de la música urbana. Nadie hubiera pensado que un artista semidesconocido iba a destronar de la conocida lista global de hits de Spotify a pesos pesados como Bad Bunny o Miley Cirus, pero lamentablemente para ellos, ha ocurrido hace apenas unas semanas.
Tampoco es que se lo hayan tomado mal. Son ricos, ultrafamosos y con bases de seguidores prácticamente inagotables. La industria cambia tan rápido y acaba con tantos por el camino que solo importa quien consigue durar y no se deja cegar por las plumas brillantes de los nuevos pavos reales..
El cantante que está en boca de todos se llama Peso Pluma, y es ya una de las estrellas rutilantes que van a reventar las listas de escuchas de este 2023 y los meses por venir. Internet, con sus dientecitos ansiosos de salseo, ya se ha lanzado a comentar el nacimiento de su nueva estrella.
Ya ha triunfado en el festival de Coachella con una de las mejores actuaciones del cartel, y seguro que se dejará caer por más macrofestivales por y para estrellas, influencers y ricos resbaladizos. Te contamos quién es y por qué es tan bueno en lo suyo.
Empecemos con los datos de escuchas, que son los que nos proporcionan el contexto adecuado para entender el brutal cambio que está experimentando la industria de la música gracias a plataformas como Spotify y medios alternativos a los grandes canales de distribución y consumo digitales.
El verdadero nombre de Peso Pluma, una clara referencia a una categoría del boxeo, es Hasssan Emilio Kabande. Es oriundo de Zapopán, en el estado de Jalisco. Su estilo mezcla parte de música urbana, con predominio del trap, aunque lo más característico es cómo usa una tradición de música popular netamente mexicana para diferenciarse de propuestas mucho más convencionales. Ha sabido incorporar y hacer sobrevivir a los corridos en un tiempo donde el aburridísimo autotune, las voces enlatadas y los ritmos que reciclan sobre todo lo reciclado devoran gran parte de la industria.
Kabande solo ha necesitado un par de años para convertirse uno de los artistas más escuchados de México, por encima de nombres que son referencia en la industria y que empiezan a asistir a la pérdida de parte de su popularidad en favor de un cantante semidesconocido que está consiguiendo una inmensa comunidad de seguidores. Tiene pegada en TikTok, con 2,1 millones de seguidores (y subiendo) y algo menos en Instagram, donde tampoco se queda corto en fans. En Spotify es donde lo revienta de verdad, con 33 millones de oyentes mensuales de media.
En cuanto a sus números, se ha colado por sorpresa entre los 50 primeros de la lista de hits más conocida de Spotify con temas como “Ella Baila Sola” (Top Global Songs de México en Spotify) o “La Bebé”, y eso sin mencionar sus colaboraciones con figuras potentes de la industria, una manera clásica de generar visibilidad y sinergia en un medio que un día te lleva a lo más alto y al siguiente te corta la cabeza y sorbe tu creatividad con pajita.
El mexicano ha hecho buenas migas (musicalmente) con Becky G, que lo invitó a su escenario en Coachella, o Nicki Nicole, dos figuras que bastan para entender el brutal apoyo que está recibiendo su propuesta musical en determinados sectores del medio.
Por otro lado, el cantante está podría estar dejando que el éxito se le suba a la cabeza. Tomó la decisión de afear la música de Bad Bunny en uno de sus conciertos cuando se enteró de que lo había superado en escuchas en México. "Somos los primeros que hemos puesto los corridos en el top uno, superando al p*ndejo de Bad Bunny", dijo.
El conejo malo, mucho más elegante, nunca respondió a la provocación de este pupilo accidentado. Quizá incluso se lo tomara como una dentellada infantil, más propia de quien tiene hambre y ganas de triunfar a toda velocidad, sin pensar en lo largo que es el camino y el dicho: "arrieritos somos y en el camino nos encontraremos". El conejo malo es un admirador del corrido ‘AMG’, y así lo ha contado en sus redes sociales.