No es ninguna sorpresa que todo lo que hace Rosalía se viraliza antes incluso de saber si es relevante (de verdad) para el futuro de la raza humana. Gracias a Internet y a todo el tiempo libre que tiene quien stalkea obsesivamente la vida de la cantante, nosotros –público cautivo de su arte– podemos ser como esos detectives privados a los que se les permite rebuscar en la basura de las estrellas para hacer averiguaciones.
Sabemos la ropa que lleva, en qué restaurantes deja propina, su rutina de skincare, lo espléndido de sus propiedades inmobiliarias con Rauw Alejandro y, claro, lo que come, cual ser humano mundano que crea una obra maestra culinaria con un poco de pasta y ese yogur caducado de la nevera que ha visto mundo.
A la diosa del tra-tra solo le falta que alguna productora le proponga monetizar su dieta y sus recetas predilectas con su propio show en Netflix. De momento, tendremos que contentarnos con su amor por los aguacates. Ha confesado que siente pasión por esta fruta. Todas las mañanas repite el mismo ritual para el desayuno en ese Motomami Bus y su cocina y se hace un espectacular bocadillo. Ya compite por ser la receta más copiada del año entre la gente que no pisa una cocina si no es para hacerle la señal de la cruz.
Vamos con los ingredientes y el tuneo.
Primera advertencia: haz el favor de no ser radical con la receta. Salvo que quieras imitar a la diva y aspirar legítimamente a ser su dopplegänger, acepta que un bocadillo es un bocadillo, un cofre de los deseos gochos, un contenedor de posibilidades.
Una cosa es que la Motomami se ciña estrictamente al gusto de su paladar y use siempre los mismos ingredientes, como el animal de costumbres que es, y otra muy distinta es que no puedas mejorar o perfeccionar la selección de ingredientes o hacer distintos tuneos para obtener el bocadillo-para-dominarlos-a-todos.
Ella ni siquiera tiene especial cuidado en que su desayuno quede estético. Es foodie, no imbécil. En el video de Tiktok con el que viralizó la receta puede verse un montaje a base de cortes rápidos. En uno de los planos, Rosalía arroja uno de los ingredientes dentro del pan como si estuviera muy enfadada con el jamón cocido. Déjate llevar.
Bollo de pan. En la píldora de TikTok puede apreciarse ese bollo de pan abierto a las bravas. La calidad no parece muy allá. Ese bollo redondo tiene cierto aspecto industrial, con una corteza gruesa. Esto quiere decir que el sostén del bocadillo es completamente tuneable y admite ciertas mejoras. Un brioche, por ejemplo. Pan de semillas o de centeno. Incluso alguno un poco más ligero, para que la miga no se haga bola en la garganta.
Aguacate. Cuando mejor sea, más untuoso y maduro, mejor. No es este el artículo adecuado para enseñarte a escoger un aguacate en su punto, lección fundamental que todo ser humano debería aprender una vez en la vida. Bucea en Youtube. Métete un tutorial en vena. Quién sabe, quizá mañana aprendas a lavarte los dientes.
Queso gouda. Otro ingrediente que puede ir de lo maravilloso y exquisito a lo nuclear-radiactivo, si eres una de esas personas que coge el primer paquete que encuentra en el súper. Quien dice gouda, dice emmental o cualquier otro que aporte contraste al aguacate. Por otro lado, ¿no es el desayuno el momento del día adecuado para no ser tan especialitx y entregarnos al placer hedonista del ingrediente industrial, casposillo, culpable?
Pavo. Uno llano valdrá. Si de verdad aprecias la belleza, pásate al buen jamón cocido, bastante más sabroso, o al lacón.
Sal. Cualquiera diría que la sal es la droga purísima, su razón para vivir. Solo le falta untar el bocadillo con ella y decirle cosas bonitas al oído. Usa para dar y regalar en el video, más o menos la cantidad necesaria para cubrir las necesidades una boda de cincuenta invitados. Recomendamos un poco de contención.
Aceite de oliva. Digamos que la cantante es bastante generosa con la cantidad y deja caer un auténtico chorrazo de AOVE en su pieza maestra. La calidad aquí lo es todo.
Sandwichera. El bocadillo sale listo para el disfrute, con el queso derretido bajo láminas de aguacate y el jamón cocido con ese punto extra de sabor. Este es el paso que marca la diferencia de la receta. Todos los ingredientes anteriores son intercambiables.